Daniel D. on Tue, 29 Apr 2003 12:14:15 +0200 (CEST)


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[nettime-lat] carta abierta de un disidente


Os envío una carta abierta  del último Oscar de cine en documentales.


Carta abierta de un norteamericano disidente
Por Michael Moore *

Queridos amigos:
   Parece que la administración Bush tendrá éxito en colonizar Irak. Esto es
una gran fantochada que pagaremos en los años venideros. No valió una sola
vida de un chico norteamericano en uniforme, sin mencionar los miles de
iraquíes que han muerto. A ellos se elevan mis condolencias y rezos. Así
que, ¿dónde están todas esas armas de destrucción masiva que eran el
pretexto de esta guerra? ¡Ja! Hay mucho para decir sobre esto, pero me lo
guardo para después.
Lo que más me preocupa ahora es que todos ustedes, la mayoría de los
estadounidenses que desde el primer momento no apoyaron esta guerra, se
callen o sean intimidados por lo que se venderá como una gran victoria
militar. Ahora, más que nunca, las voces de la paz y la verdad deben
escucharse. Recibí un montón de cartas de personas que sienten una profunda
desesperanza y creen que sus voces han sido ahogadas con los tambores y
bombas de falso patriotismo. Algunos temen una venganza en sus trabajos,
escuelas o vecindarios porque defendieron la paz en voz alta. Les han dicho
una y otra vez que no es "apropiado" protestar una vez que el país está en
guerra y que ahora su único deber es "apoyar a las tropas".
¿Puedo compartir con ustedes lo que ha sido mi vida desde hace dos semanas,
cuando usé mi tiempo en el escenario de los Oscar para hablar contra Bush y
su guerra? Espero que, al leer lo que les voy a contar, se sientan con más
coraje para hacerse escuchar en cualquier medio o foro al que puedan entrar.
Cuando Bowling for Columbine fue anunciada como ganadora del Oscar por
Mejor Documental, el público se puso de pie. Fue un gran momento, uno que
siempre atesoraré. Estaban parados y aplaudiendo una película que afirma
que los estadounidenses somos gente violenta que usa sus arsenales para
matarse entre sí y usarlos contra muchos países del mundo. Estaban
aplaudiendo una película que muestra a George W. Bush usando miedos
ficticios para asustar a la gente y hacer que hagan lo que él quiera. Y
estaban honrando una película que afirma lo siguiente: la primera guerra
del Golfo fue un intento de reinstalar al dictador de Kuwait. Saddam
Hussein se armó con las armas de Estados Unidos y el gobierno
estadounidense es responsable de la muerte de medio millón de chicos
iraquíes durante la década pasada a causa de sus bombardeos y sanciones.
Esa era la película que estaban aplaudiendo, la película que votaron y por
eso decidí decir lo que dije en mi discurso.
   Y esto es lo que dije en el escenario de los Oscar. "En nombre de
nuestros productores Kathleen Glynn y Michael Donovan (de Canadá), me
gustaría agradecer a la Academia por este premio. He invitado al resto de
los nominados por documentales a subir al escenario. Están acá en
solidaridad conmigo porque nos gusta la no ficción. Nos gusta la no ficción
porque vivimos tiempos ficticios. Vivimos en una época donde los resultados
de una elección ficticia nos dan un presidente ficticio. Ahora estamos
librando una guerra por razones ficticias. Ya sea la ficción de la cinta
aisladora o las ficticias 'Alertas naranjas', estamos contra esta guerra
señor Bush. Qué vergüenza, señor Bush. Y cada vez que el Papa y las Dixie
Chicks estén en contra suya, su tiempo se terminó."
   En la mitad de mi comentario, algunos de la audiencia empezaron a
alentarme a los gritos. Inmediatamente eso disparó los chiflidos de la
gente del palco. Entonces los que apoyaban mis palabras empezaron a callar
a los que chiflaban. El diario Los Angeles Times informó que el director de
la transmisión empezó a gritarle a la orquesta "¡Música! ¡Música!" para
callarme. Así que la banda empezó a tocar y mi tiempo se había terminado
(Para leer más sobre por qué dije lo que dije, pueden leer la columna de
opinión que escribí para el L.A. Times y las reacciones en el país en mi
sitio de Internet.)
   Al día siguiente -y desde hace dos semanas-, los eruditos de derecha y
los opinólogos de la radio han estado pidiendo mi cabeza. Así que, ¿todo
esto me lastimó? ¿Consiguieron "silenciarme"? Bueno, echemos un vistazo a
mi "reacción" en los Oscar:
   El día después de criticar a Bush y a la guerra en los premios Oscar, la
concurrencia a los cines del país para ver Bowling for Columbine subió en
un 110 por ciento (Fuente: Daily Variety/BoxOfficeMojo.com). La semana
siguiente, la ganancia en boleterías subió a un 73 por ciento (Variety).
Es el lanzamiento comercial con más tiempo en cartel de Estados Unidos: 26
semanas consecutivas y todavía vamos por más. El número de cines que la
exhiben se ha incrementado desde los Oscar y ha mejorado el record anterior
de taquilla en documentales en un 300 por ciento aproximadamente.
Ayer (seis de abril), Hombres blancos estúpidos se disparó al primer lugar
de la lista de bestsellers del New York Times. Hace 50 semanas que mi libro
está en la lista, ocho en el primer lugar y esto marca su cuarto retorno a
la primera posición, algo que casi nunca ocurre.
En la semana después de los Oscar, mi sitio en Internet recibió entre 10 y
20 millones de visitas por día (¡un día tuvimos más visitas que la Casa
Blanca!). Los e-mails que recibimos fueron de apoyo y abrumadoramente
positivos (y las cartas de odio han sido desopilantes).
   Los dos días que siguieron a los Oscar, la gente encargó más videos de
Bowling for Columbine en Amazon.com que el video de la ganadora por Mejor
Película, Chicago. La semana pasada conseguí financiación para mi próximo
documental y me han ofrecido un espacio televisivo para hacer una versión
actualizada de "TV Nation/La horrible realidad".
Les cuento todo esto porque quiero contraponerlo al mensaje que nos repiten
todo el tiempo: que si expresamos nuestra opinión política, lo vamos a
lamentar. Nos va a lastimar de alguna forma, generalmente en términos
financieros. Podés perder tu trabajo. Otros tal vez no te contraten. Vas a
perder amigos, etcétera, etcétera.
Tomemos el ejemplo de la banda de country Dixie Chicks. Su cantante
principal mencionó lo avergonzada que estaba porque Bush creció en Texas el
estado donde ella nació. Estoy seguro de que habrán oído que su record de
ventas se ha "hundido" y las radios country están boicoteando su música. La
verdad es que sus ventas no bajaron. Esta semana, luego de los ataques, su
disco sigue en el primer puesto del ranking de música country de la revista
Billboard y, según el semanario Entertainment Weekly, subieron del puesto
seis al cuarto en los charts pop durante los bombardeos. En el New York
Times, Frank Rich informa que trató de conseguir una entrada para
cualquiera de los próximos recitales de las Dixie Chicks pero no pudo
porque están agotados. (Para leer la columna de Rich en el Times, "Bowling
for Kennenbunkport", vayan ahí. Hace un buen trabajo hablando sobre mi
próximo film y el impacto que podría tener.)
Su tema "Soldado en viaje" (una hermosa balada antiguerra) fue la canción
más pedida en Internet la semana pasada. Nadie las lastimó. Pero eso no es
lo que los medios les van a hacer creer. ¿Por qué? Porque ahora no hay nada
más importante que mantener calladas las voces de los disidentes y aquellos
que se animarían a hacer una pregunta. Y qué mejor forma que derrumbar a un
par de artistas famosos con un montón de mentiras para que el Juan o Juana
del montón reciba el mensaje bien claro: "Guau, si le pueden hacer eso a
las Dixie Chicks o Michael Moore, ¿qué me podrían hacer a mí?". En otras
palabras, cállense, carajo. Y eso, amigos, es el eje del film por el que me
gané un Oscar: cómo esos que están en el poder usan el miedo para manipular
al público para que haga lo que le dicen.
Bueno, ahora, las buenas noticias -si es que esta semana puede haber alguna
buena noticia- es que no sólo otros ni yo hemos sido silenciados, sino que
millones de norteamericanos que piensan igual que nosotros se nos han
sumado. No dejen que los falsos patriotas los intimiden fijando la agenda o
el debate. No se dejen ganar por las encuestas que muestran que el 70 por
ciento del público está a favor de la guerra. Recuerden que estos
norteamericanos encuestados son los mismos chicos (o los hijos
del vecino) que han sido enviados a Irak. Tienen miedo por las tropas y han
sido intimidados para apoyar una guerra que no querían. Y mucho menos
querrán ver a sus amigos, familiares y vecinos cuando lleguen a casa
muertos. Todos apoyamos que las tropas vuelvan sanas y salvas y todos
necesitamos decirlo y hacer que sus familias lo sepan.
Desafortunadamente, Bush y Compañía todavía no terminaron. Esta invasión y
esta conquista los animará a repetirlas nuevamente en otro lugar. El
verdadero propósito de esta guerra fue decirle al resto del mundo: "¡No te
metas con Texas. Si tenés lo que queremos, vamos a ir a sacártelo!" Para la
mayoría de nosotros éste no es el tiempo para creer en un país pacífico y
callado. Háganse escuchar. A pesar de lo que han conseguido, éste aún es
nuestro país.

Sinceramente, Michael Moore

* Ganador del último Oscar al Mejor Documental por su película Bowling for
Columbine.





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