Grano de Arena on Wed, 24 Jul 2002 16:32:02 +0200 (CEST)


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[nettime-lat] [ATTAC] INFORMATIVO 149 - LA CRISIS DEL NUEVO CAPITALISMO


EL GRANO DE ARENA
Correo de información ATTAC n°149
Miercoles, 24/07/2002
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En este número

1.  ENRON - WORLDCOM - VU y los demás o la crisis del nuevo
capitalismo: Los desastres en cadena de los grupos Enrón, WorldCom y
Vivendi-Universal (VU) no son acontecimientos independientes y merecen
ser convenientemente analizados

2. Neoliberalismo: una utopía convertida en máquina infernal: ¿Cuáles
son los resultados de la globalización neoliberal? Esa es una de las
muchas preguntas que, también en Alemania, plantean los críticos de
dicha economía globalizada, y el ascendente movimiento ATTAC

3. Trabajar la tierra para alimentar al pueblo: El hambre se extiende
en un mundo de abundancia: en Brasil, uno de los mayores productores
de alimentos del mundo, un tercio de la población padece hambre

4.  La cumbre mundial de Desarrollo Sostenible en Johannesburgo
(continuación del nº 147): La erradicación del hambre y la pobreza son
dos derechos humanos fundamentales y debería ser la base para analizar
los progresos realizados en la Cumbre Mundial sobre Desarrollo
Sostenible de Johannesburgo

5.  El agua argentina: Este texto está inspirado en gran parte por el
artículo sobre el tema publicado en Le Monde Diplomatique de Argentina
de agosto de 2001, firmado por Nana Bevilacqua, Defensora del Pueblo
de la Nación; por un informe de la Unión de Defensa de los
Consumidores de Rosario; y por notas personales.

6.  Declaración de los ATTAC Europa sobre el AGCS: Apenas un mes
después del fracaso de la Ronda del Milenio, los gobiernos de los
estados de la OMC emprendieron, con la mayor discreción las
negociaciones programadas en el llamado Acuerdo General de Comercio de
Servicios (AGCS, GATS en inglés) en el marco de dicha organización.

7. ATTAC-ECHLA. Informe de Chile




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1. ENRON - WORLDCOM -VU y los demás o la crisis del nuevo capitalismo
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Dominique Plihon*

Los desastres en cadena de los grupos Enrón, WorldCom y
Vivendi-Universal (VU) no son acontecimientos independientes y merecen
ser convenientemente analizados. Estos accidentes reflejan las graves
disfunciones, para no decir los fracasos del capitalismo bursátil,
recientemente puesto al descubierto por la mayor parte de los
profesionales y de los medios. Lo que está en tela de juicio  es la
actual concepción empresaria. La empresa es considerada como un objeto
financiero cuyo valor bursátil es preciso acrecentar por cualquier
medio, recompra de acciones , fusiones-adquisiciones, venta se
sectores menos rentables, montajes financieros. De modo que el apogeo
y luego la caída de Enron no tienen nada que ver con su actividad
industrial - el negocio del gas y la electricidad - sino que proceden
únicamente de sus actividades financieras. Detrás del montaje en
cascada de préstamos cada vez más riesgosos, destinados a financiar
operaciones de fusión-adquisición sobremanera jugosas, Enron no estaba
aportando ninguna contribución real al mercado de la energía, el que
por otra parte ni siquiera fue afectado por su desaparición. Lo mismo
que Vivendi-Universal que se ha transformado en un holding financiero,
conformado por superposiciones de activos financieros sin ninguna
coherencia industrial, destinado solo a crear mayor valor para los
accionistas. De este modo se explica el hiato producido, en la crisis
inicial de VU, entre el sector tradicional de la ex Compañía General
de Aguas y sus actividades ligadas a la nueva economía.

Lo que se halla igualmente en tela de juicio es la capacidad de los
mercados financieros para regular el sector productivo. En el nuevo
capitalismo accionario la Bolsa juega un triple papel: el primero
financiar a las empresas; sin embargo se comprueba que este no es el
caso dado que en los años recientes,  en Europa tanto como en los
EEUU, han sido negativas las emisiones netas de acciones empresarias
(es decir las emisiones brutas menos las recompras de acciones y los
dividendos) Esto significa que las empresas pagan más de lo que
reciben de sus accionistas. La segunda función de la bolsa es
valorizar las empresas: también esto es dudoso! Los niveles totalmente
irreales de los valores tecnológicos y de empresas del sector
tradicional como Enron no proporciona ninguna indicación seria sobre
el valor de las empresas. Finalmente se supone que la Bolsa favorece
las reestructuraciones industriales, en las que las acciones sirven
como moneda de cambio en oportunidad de las OPA. Ha quedado comprobado
que en la mayoría de los casos  estas reestructuraciones se hallan
gobernadas por una lógica puramente financiera ajena a toda lógica
industrial.

Estamos así ante  una contradicción fundamental: por una parte la
Bolsa domina al nuevo capitalismo por la otra la Bolsa resulta incapaz
de guiar a las empresas hacia opciones susceptibles de asegurarles su
desarrollo en el largo plazo. La famosa "disciplina del mercado"
tampoco funciona! Los accionistas y sobre todo los fondos de inversión
impulsan a las empresas a adaptarse a las normas financieras  de corto
plazo ( práctica del "bench marking"). Esto es lo que llevó a los
dirigentes de Enron, WorlCom y VU a trucar sus cuentas  para mostrar a
cualquier precio los resultados esperados. En cuanto a los demás
actores del mercado financiero que se supone controlan a las empresas
tampoco juegan su papel de contrapoder frente a los dirigentes de
quienes son a menudo cómplices activos o pasivos. Tal  es el caso del
gabinete de auditores (Andersen) o de las autoridades reguladoras
(fundamentalmente las Comisiones de operadores bursátiles), pero
también los bancos de negocios, las agencias de facturación, los
analistas financieros y los periodistas bursátiles. Resulta
particularmente curioso constatar que el más emblemático fiasco
económico y social se produjo en el sector de las telecomunicaciones
al que los liberales querían convertir en un paradigma de la
regulación del mercado.

En síntesis el actual episodio nos confirma lo que ya la historia nos
había enseñado: el capitalismo es incapaz de autorregularse y dejado a
su propio arbitrio no puede generar otra cosa que grandes disfunciones
en las que los asalariados y más ampliamente los pueblos del mundo
corren con los gastos

En definitiva estos son los principales mecanismos del capitalismo
accionario actualmente en crisis. Se imponen en consecuencia profundas
reformas. Su principal objetivo debe ser la dramática apropiación de
las empresas y mucho más globalmente de la economía  por las finanzas
del mercado.

Son dos las primordiales reformas que se requieren. Es necesario en
primer término orientarse hacia una nueva concepción empresaria en que
la empresa se halle considerada no ya un "objeto" perteneciente a los
accionistas sino como una "comunidad de intereses" cuya finalidad no
sea buscar beneficios sino crear empleos y riqueza.  Es preciso por lo
tanto terminar con una idea de la gestión enteramente dirigida a
"crear valores accionarios" Ello implica una refundación del marco
jurídico actual que reconozca los derechos de todos los que participan
en la empresa entre quienes los primeros deben ser los asalariados.
Estos constituyen la actual fuente económica fundamental basada en el
conocimiento y deben serles reconocidos sus nuevos derechos poniendo
límites a los vinculados a la propiedad del capital  y otorgándole
poder obligatorio a un código laboral que actúe  por sobre las
estrategias de los accionistas. La segunda serie de reformas debe
abordar la excesiva desregulación financiera para limitar su
actividad, fortaleciendo el control del Estado (manteniendo
especialmente un fuerte sector público)de sus autoridades  y
estableciendo instancias de control público eficientes a escala
europea e internacional.

Es en vano esperar que los gobiernos y las instituciones
internacionales saquen conclusiones sobre la situación actual y se
comprometan con el buen sentido aceptando poner en tela de juicio los
dogmas liberales. Las reformas que acabamos de delinear solo podrán
ver la luz del día si se construye un movimiento social capaz de
imponerlas  a escala nacional e internacional. El actual movimiento de
lucha contra la globalización, del que ATTAC forma parte, está
indicando el camino

Dominique Plihon. Economista, profesor en la Universidad Paris Norte.
Presidente del Consejo Científico de ATTAC-France. cs@attac.org

Traducción S. Merino


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2. Neoliberalismo: una utopía convertida en máquina infernal
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ATTAC-Alemania organiza su primer "Seminario de verano"

Bonn (ALASEI), julio 2002 - ¿Cuáles son los resultados de la
globalización neoliberal? Esa es una de las muchas preguntas que,
también en Alemania, plantean los críticos de dicha economía
globalizada, y el ascendente movimiento ATTAC. Las utopías
neoliberales, hoy mundialmente vigentes, se han convertido en metas
políticas de organismos internacionales, como la Organización Mundial
de Comercio (OMC), y en políticas económicas de algunos gobiernos de
países del "Primer Mundo" y de la única potencia hegemonial que queda.
Los efectos se dejan sentir menos aquí, en Alemania, que en Africa,
partes de Asia y Latinoamérica. Sin embargo, amplios sectores de la
sociedad civil alemana se ven, con honda preocupación, amenazados. Y
como, además, Alemania se encuentra en plena campaña electoral  -el 22
de septiembre 2002 se elige un nuevo Parlamento (Bundestag), y
seguidamente, en función de esas elecciones, ha de constituirse un
nuevo Gobierno-, los partidos políticos, los sindicatos, las Iglesias
y otras importantes organizaciones de la sociedad civil han tomado
posiciones críticas frente a la globalización neoliberal. En su primer
"Seminario de verano", en la pequeña ciudad universitaria de Marburg
(26 al 31 julio 2002), ATTAC-Alemania se propone dar respuesta a estas
inquietantes preguntas.

También ALASEI - Bonn participará en Marburg con un seminario sobre:
"Consecuencias de la economía neoliberal en América Latina, dos
ejemplos: la comercialización del Patrimonio Cultural del Pueblo
Peruano  -Machu Picchu y Kuelap-  y la construcción de un segundo
oleoducto de crudo pesado en Ecuador, que acelera el agotamiento de
los recursos naturales del país y sólo beneficiará a los perceptores
de los usurarios intereses sobre la deuda exterior".

Con esta ocasión, una breve ojeada retrospectiva a los primeros pasos
de ATTAC-Alemania. Todo comenzó en enero del 2000, con un encuentro en
Francfort/M, en el que se reunieron fuerzas y organizaciones de la
sociedad civil alemana para unirse en una red contra la disolución de
la solidaridad social y el deterioro de la situación real de la gran
mayoría de la población. Aquellos grupos tardaron todavía en aceptar
un nombre común, el de ATTAC. Quizás porque entre ellos  -y no digamos
entre la gran opinión-  no era aún suficientemente clara la conciencia
de lo amenazador del neoliberalismo. Siguió más de un año después el
primer gran Congreso de ATTAC-Alemania en Berlín, a partir del cual
hay que constatar un incremento de su presencia en los medios
informativos alemanes; un fuerte aumento del número de miembros;
presencia, con grupos locales, en más 80 ciudades de Alemania, etc.

El Seminario de Verano de ATTAC-Alemania es una ocasión más para
llamar la atención sobre la siniestra amenaza neoliberal. Nadie ha
descrito mejor ese peligro que el eminente sociólogo y Profesor en el
College de France Pierre Bourdieu  -cuya muerte, en los primeros días
de este año, constituye un grave pérdida para el movimiento crítico
contra el neoliberalismo. A continuación resumimos de diversos textos
de Pierre Bourdieu su radiografía de ese complejo ideológico,
convertido en máquina infernal.

Pierre Bourdieu señala que, según las utopías neoliberales, el sistema
que preconizan sería "un orden económico perfecto", regido por la
"implacable lógica del libre mercado". Un mecanismo que sanciona sin
dilación las infracciones, bien automáticamente, bien a través del FMI
(Fondo Monetario Internacional, con sede en Washington), o de la OMC
(Organización Mundial de Comercio, con sede en Ginebra), que imponen
una política de reducción de costos salariales y del gasto público, y
de flexibilización del trabajo. Pues bien, por generalizada que esté,
la teoría de que el mercado resuelve por sí sólo todos los problemas
no es más que un postulado: una afirmación indemostrada e
indemostrable.

Frente a los hechos, que fundamentan una tesis muy diferente, el
neoliberalismo es una fantástica utopía, de espaldas al principio
fundamental de toda ciencia natural o social: la adecuación al único
canon, el de los resultados reales. Nos encontramos ante una
contraposición de la lógica puramente económica   -en el sentido más
estrecho del término, con los únicos criterios concurrencia y
eficiencia-  a la lógica social, es decir, enfocada a la sociedad
civil como un todo, y cuyos criterios son el derecho y la justicia. Y
sin embargo, esta teoría se ha constituido en brújula de la exigua
minoría que determina las relaciones económicas, y hace así posible la
realización de un programa de destrucción sistemática de todo orden
social solidario, de todo hacer colectivo.

La marcha hacia la utopía neoliberal se lleva adelante mediante una
política que liquida literalmente todas las posibilidades de dirección
o influencia por parte de los poderes públicos. El poder fáctico que
sostiene esa política radica en los sectores sociales cuyos intereses
patrocina: accionistas, banqueros, industriales, políticos que se han
pasado al "laissez faire", altos burócratas de las finanzas; el
objetivo que esa política persigue es eliminar todas las estructuras
de la sociedad civil que pueden oponerse al "libre" mercado
químicamente puro:  · los Estados nacionales, cuya área de acción
procura reducir por múltiples procedimientos;  · los grupos
salariales, sustituidos por la remuneración individual;  · el ascenso
según criterios no fáciles de objetivar para los demás  -de donde se
sigue el aislamiento de los trabajadores-;  · las organizaciones de
defensa de los derechos laborales  -sindicatos, uniones profesionales,
cooperativas.

Por otra parte, la globalización de los mercados financieros, unida al
avance de las técnicas de información facilita
- una movilidad del capital desconocida hasta ahora, y
- la posibilidad de comparar en cada momento la rentabilidad de todas
las empresas en Bolsa.  La combinación de ambos factores permite a los
inversionistas que sólo buscan el mayor beneficio en el menor tiempo
ejercer presiones brutales sobre cualquier empresa.
- y dictar las políticas de empleo, salarios, etc. que, por lo menos a
corto plazo, convienen a sus intereses.

Y así se llega al imperio absoluto de la flexibilidad: empleos por
tiempo limitado, mano de obra alquilada, continuo recambio del
personal "de la casa". En el seno mismo de las empresas se impone el
"principio de concurrencia": entre las filiales autónomas, entre los
diversos equipos de trabajo, y entre los empleados mismos. Para eso se
aplican técnicas como la fijación de metas individuales, las
conversaciones individuales de evaluación, la evaluación permanente,
la "delegación de responsabilidades" para asegurarse la
auto-explotación de determinados empleados, la ficticia "independencia
" de asalariados para hacerlos responsables de sus ventas, de su
producción, de su filial, etc.  Por estos procedimientos se
resquebraja  -o se elimina-  la solidaridad colectiva. En las empresas
se entabla una "lucha darwiniana de todos contra todos" (Pierre
Bourdieu), y a todos los niveles jerárquicos. La vinculación al
trabajo y a la empresa gira ya sólo sobre la amenaza de despido, o
sobre un carrerismo que pisotea toda solidaridad. Los gestores que en
cada momento han de tomar decisiones  -pendientes ellos mismos casi
siempre del tubo del oxígeno-  tienen así en reserva el ejército de
los desempleados, que asegura el "armónico" funcionamiento del
respectivo microsistema.
El viejo contrato de trabajo  ha pasado a la historia. Nunca se habían
pronunciado tan frecuentemente en las empresas las palabras "confianza
", "lealtad", "colaboración"...  Los hechos son que el fantasma
amenazador del despido obliga a la resignada aceptación de las famosas
"lentejas, que si las quieres las tomas, y si no, las dejas". Tres
cuartas partes de los empleos son a plazo limitado; mientras que
prácticamente desaparece la barrera de protección contra el despido.
"La utopía neoliberal se convierte así en una máquina infernal, a cuya
coacción tampoco escapa la mayoría de los estamentos directivos. Una
situación que tiene mucho de común con los peores tiempos del sistema
marxista" (palabras textuales de Pierre Bourdieu).

La fe cuasireligiosa en la omnipotencia del libre comercio es común
tanto a los que viven de él (financieros, altos jefes de empresa,
etc.), como a los políticos y elevados funcionarios, que son los
primeros en promover la absoluta libertad en la economía, la supresión
de las reglamentaciones para todos los mercados  -el primero, claro
está, el laboral-, la general privatización de todos los servicios
públicos y la reducción del gasto público y de los gastos sociales.

Pero ¿qué dicen los economistas?  Los economistas, al margen de toda
confrontación con los hechos reales, confían en sus postulados. Y
desprecian como innecesarios los resultados de otras ciencias que no
se ajustan a la rectilínea lógica de sus acariciados modelos. En
realidad, no comprenden la profunda complejidad del acontecer real. En
una entrevista de prensa, poco antes de su muerte el 2001, el
prestigioso Nobel de Economía James Tobin, hablando de su idea de un
impuesto sobre todas las transacciones financieras, le asignaba sólo
una función estabilizadora de los mercados financieros; las
consecuencias, probablemente muy positivas desde el punto de vista
social, e internacional en orden al desarrollo, no sólo no merecían su
atención, sino que las consideraba ajenas a sus intenciones. Para
l  -declaró-  lo único importante es estabilizar el mercado, porque
"donde impera el mercado, aumenta el producto social bruto, y
consiguientemente el bienestar". Bien claro está que este insigne
científico puro jamás ha "perdido" tiempo en informarse de a quiénes
llega, y a cuántos no, ese estadístico  bienestar.

Y por otra parte, aunque los economistas no tengan los mismos
intereses que el núcleo duro de los "creyentes", tienen los suyos
propios, y muy específicos. Teorizantes y librescos, eternamente de
espaldas a las realidades sociales, han dedicado toda su existencia a
sostener el dogma  -otra cosa no es-  del mercado omnipotente y
omnisciente. ¿Cómo reconocer ahora que se habían equivocado? ¿Cómo
pasarse, al final, a la herejía? Una actitud explicable, por lo menos
desde el punto de vista psicológico ("explicable" no es lo mismo que
"justificable").

Pero el mundo está ahí, a pesar de los economistas. Y de esa realidad
mundial forman parte las consecuencias del funesto avance neoliberal
hacia su utopía:
- la miseria de un sector cada día mayor, aun en los países
estadísticamente prósperos;
- el abismo creciente entre los ingresos de unos y otros sectores;
- la desaparición progresiva de las áreas autónomas de producción
cultural (cine, editoriales) acorraladas por la comercialización;
- el establecimiento en los altos niveles del Estado, la Economía, y
las empresas mismas, de la lucha de todos contra todos. Y lo que es
aún mucho más grave,
- la destrucción de las instancias colectivas que podrían hacer frente
a los letales efectos de la máquina infernal, en especial el
progresivo desmontaje del Estado, custodio de los valores comunitarios
públicos.

Esa marcha hacia la utopía neoliberal se desarrolla casi
imperceptiblemente, como la deriva de las masas continentales; con lo
que sus funestas consecuencias quedan desdibujadas entre las inciertas
nieblas del futuro. A lo que ayuda, paradójicamente, la resistencia de
algunas fuerzas conservantes (no "conservadoras") que defienden el
viejo orden tirando de las reservas que aún quedan de él. Esos restos
de solidaridad preservan todavía a una parte de la sociedad del
"sálvese el que pueda" que arrolla a la gran mayoría, menos
afortunada. Pero esa resistencia conservante es un capital social que
no se regenera, sino que se agota. Al lado de esas fuerzas
(sindicatos, uniones de toda índole  -lo importante es la unión-,
partidos, etc.) el Estado debería seguir ocupando el lugar preeminente
que le ha correspondido siempre. El Estado nacional  -y mejor aún el
supranacional, si logra mantenerse inmune al virus imperante-  podría
controlar el lucro en los mercados financieros; impedirles que sigan
desmantelando el mercado laboral; articular y organizar los intereses
públicos. Porque "la categoría interés público no brotará jamás en el
suelo envenenado por la divisa: el dinero lo es todo" (una vez más,
Pierre Bourdieu).

La consigna del movimiento internacional ATTAC: "OTRO MUNDO ES POSIBLE
", el análisis de la situación social mundial, y las alternativas y
respuestas de Porto Alegre en dos Foros Sociales Mundiales, el pasado
2001 y este año, son sendos incentivos en el afán de frenar "la
máquina infernal del neoliberalismo". Más participación ciudadana
inmediata en la labor política concreta, no sólo a nivel municipal,
sino también nacional, sería el principio de ese "Buen gobierno" que
hemos visto defender a Pierre Boudieu también para las políticas
supranacionales, en favor de las grandes mayorías de la población
mundial y de una solidaridad global auténtica.

Gunter Weller   Eduardo Espert. ALASEI - Bonn


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3.Trabajar la tierra para alimentar al pueblo
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Jan Rocha

El hambre se extiende en un mundo de abundancia: en Brasil, uno de los
mayores productores de alimentos del mundo, un tercio de la población
padece hambre. Los gobiernos y empresas que rigen el mundo insisten en
que sólo los mercados libres, la eliminación de barreras comerciales y
la difusión de cultivos genéticamente modificados resolverán el
problema. Pero, hasta el momento, este tipo de globalización sólo ha
traído más, no menos, hambre.

Ahora un movimiento que creció entre la violencia y la desesperanza
dice haber encontrado la respuesta. Sus soluciones son radicalmente
diferentes de las que ofrecen los países ricos. Implican reforzar a
los pobres a través de la reforma agraria, la educación y la
movilización. El Movimento dos Trabalhadores Rurais Sem Terra (MST) se
ha convertido en uno de los movimientos populares más grandes de
Brasil y sus camisetas, gorras y banderas rojas son una imagen
familiar en cada manifestación, asamblea o huelga. A través de la
acción directa (ocupaciones, marchas, enfrentamientos con las
autoridades) han ganado tierras y no puede negarse que han eliminado
el hambre de las vidas de cientos de miles de familias brasileñas.

Hace veinte años una guerra no reconocida se extendió a través del
vasto interior brasileño: era un conflicto desigual, campesinos y
pequeños propietarios, aparceros y caucheros enzarzados con las
poderosas fuerzas desatadas por la política económica del régimen
militar, ganaderos y terratenientes despiadados, constructores de
embalses y de carreteras. En los setenta esta política llevó
directamente al desplazamiento de casi cinco millones de personas sólo
en los tres estados del sur. Se convirtieron en "sem terra" (sin
tierra).

Sus opciones eran duras: desplazarse a las ciudades e hinchar los
barrios de chabolas o migrar miles de kilómetros hacia el norte, a las
delgadas capas de tierra azotadas por la malaria de las colonias
gubernamentales del Amazonas, lejos de carreteras, escuelas y
hospitales. Los que intentaron detener el avance del gran capital
fueron eliminados. Sólo entre 1981 y 1984, 277 dirigentes campesinos,
funcionarios sindicales y trabajadores rurales fueron asesinados. Fue
en este clima de violencia y desesperación donde nació el MST. Sin
nada que perder, las familias comenzaron a ocupar las fincas de los
terratenientes absentistas.

"Hemos hecho un largo camino en veinte años", declaro Vilmar Martins
da Silva, presidente de una cooperativa agrícola en uno de los muchos
asentamientos del MST en los antiguos latifundios de Rio Grande do
Sul. "Ocupando enormes propiedades improductivas, forzamos al gobierno
brasileño a desarrollar la reforma agraria. Hoy tenemos alrededor de
un millón de miembros y nos hemos convertido en uno de los movimientos
campesinos con más éxito del mundo".

El aprendizaje ha sido abrupto. Al principio, las familias intentaban
vencer a los grandes propietarios en su propio juego,  plantando
cultivos comerciales en lugar de alimentos. Claudemir Mocellin, que
con  ocho años acompañó a su padre en una de las primeras ocupaciones,
hoy trabaja como agrónomo en un asentamiento. "Utilizamos la mayoría
de los fertilizantes, compramos semillas híbridas modernas y las
máquinas más grandes. Queríamos las mayores cosechas". Pero no
funcionó. "Las familias se dieron cuenta que cuando los suelos se
agotaban, gastaban más y más dinero en pesticidas y fertilizantes y
enfermaban por efecto de los productos químicos. No tenía sentido, ni
económica ni ecológicamente".

Gradualmente, las familias se adentraron en formas más ecológicas de
cultivo y volvieron a cultivar sus propios alimentos. "No me gusta
llamarle agricultura de subsistencia, porque sugiere que estamos
sub-existiendo... mientras que en realidad, con nuestra preocupación
por la biodiversidad, somos los verdaderos agricultores modernos",
dice enfáticamente Mocellin. "La agricultura química tiene los días
contados, en la medida que agota los suelos tan rápidamente. Las
familias comenzaron a recordar como habían cultivado sus padres y
abuelos. Hoy la gente busca las antiguas variedades de los cultivos"
dice Joao Rockett, agrónomo autodidacta que ayuda al MST a producir
semillas orgánicas. "Por ejemplo, cultivamos tres variedades de trigo,
uno bueno para fideos, otro para pan y otro para galletas"

El cambio a la agroecologia está lejos de haber concluido. En algunos
asentamientos, las familias todavía utilizan productos químicos y en
otros engordan pollos para Sadia una gran empresa alimentaria
brasileña que exporta aves congeladas a Europa. "Realmente no creemos
que estos pollos sean aptos para el consumo humano, pero necesitamos
el dinero. Criamos pollos en nuestros corrales para comerlos nosotros"
dice uno de los agricultores. En otra cooperativa, Copavi, las
familias han roto con esto. Sus pollos deambulan libremente,
alimentados con maíz orgánico, pesan menos pero saben mejor y están
ganando un espacio en los mercados locales.

A través de estos cambios, el MST se está reinventando. La integración
de la economía brasileña en el mercado mundial ha transformado la
agricultura del país, con importaciones baratas que lo inundan a
medida que las barreras comerciales se desmantelan.  Mientras el
programa de reforma agraria del gobierno dio tierra a 260.000
familias, en el mismo período (1995-99) mas de un millón de pequeños
agricultores perdieron su tierra por presiones del mercado. Sólo se
han beneficiado los grandes exportadores de soja, café, zumo de
naranja y aves y las empresas transnacionales como Cargill, ADM y
Bunge, que controlan la red de exportaciones.

Si, como parece probable, la batalla de las ONGs y los fiscales
ilustrados para detener la autorización gubernamental de los cultivos
genéticamente modificados se pierde finalmente, las grandes empresas
biotecnológicas, encabezadas por Monsanto, dominarán la agricultura a
través de su control de las empresas de semillas, igual que ocurre en
la vecina Argentina. Sebastiao Pinheiro, dirigente ecologista, ha
alertado: "la avalancha que se viene encima, si el complejo
agroalimentario global refuerza su control, será terrible. Hay poco
espacio para las pequeñas explotaciones agrarias familiares en este
mundo a no ser que acepten proporcionar lo que equivale a trabajo
cautivo, cultivando semillas para Monsanto o engordando pollos para
Sadia".
El MST cree que, debido su extraordinaria capacidad para movilizar a
los excluidos, puede enfrentarse a estas fuerzas y ganar. Por el
momento, el resultado es todavía incierto. Futuros historiadores
pueden mirar atrás al MST y ver campesinos sin tierra que intentaron
"una revolución que nunca ocurrió". O simplemente puede ser que el MST
encabece el movimiento global por más sostenibilidad, más igualdad y
menos hambre.


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4. La cumbre mundial de Desarrollo Sostenible en Johannesburgo
(continuación del nº 147)
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Reducción de la pobreza

La erradicación del hambre y la pobreza son dos derechos humanos
fundamentales y debería ser la base para analizar los progresos
realizados en la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible de
Johannesburgo. La creación y la financiación de una acción pública
para garantizar tales derechos apenas progresa y la Meta del Milenio
de la ONU de reducir la pobreza mundial a la mitad antes de 2015 están
muy lejos de convertirse en realidad. El 20% más rico de la población
mundial ganaba 30 veces más que el 20% más pobre en 1960. En 1990 la
proporción era de 60 a 1, y en 1997 la diferencia era de 74 a 1, según
el PNUD. El siglo XX ha acentuado la desigualdad, en vez de reducirla.
En 1820 la proporción era de 3 a 1, de 7 a 1 en 1870, de 11 a 1 en
1913, y de 74 a 1 en 1997, es decir, hoy las desigualdades son mayores
que nunca.

La globalización pivotada y gobernada por el Fondo Monetario
Internacional, el Banco Mundial, la Organización Mundial de Comercio y
la OCDE, no contempla ningún mecanismo de redistribución de la renta.
La mitad de la población mundial, más de 3.000 millones de personas,
viven con menos de dos dólares diarios, mientras las 225 personas de
mayor fortuna poseen un patrimonio equivalente a la renta de 2.500
millones de personas, y la fortuna de las 15 personas más ricas supera
al PIB del conjunto de los países del África subsahariana. Para paliar
el desastre de la globalización de la pobreza, se han propuesto
algunas medidas, como la condonación de la deuda externa de los países
más pobres y el aumento de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD), hasta
alcanzar el 0,7% del PIB de los países ricos. Pero los pobres
probablemente prefieran que les paguen más por el café y otros
productos de exportación a las medidas meramente caritativas; como
decía un chiste, "Pagar mejor el café, y menos ONG". Las remesas de
los emigrantes (unos 110.000 millones de dólares anuales) suponen más
del doble de toda la Ayuda Oficial al Desarrollo.

En los países del Sur las mujeres satisfacen la mayoría de las
necesidades básicas de sus familias y contribuyen de forma
significativa a la agricultura rural y a las economías locales. El
fortalecimiento de la perspectiva de género debe convertirse en una
ingrediente esencial del proceso de desarrollo sostenible con un
énfasis especial en el reparto de trabajo productivo y doméstico, la
migración, el acceso a la propiedad, poder y presupuestos.

La Conferencia para la Financiación del Desarrollo en Monterrey en
2002 vino determinada por la resistencia de los países
industrializados a aumentar la ayuda al desarrollo, hasta alcanzar el
objetivo de la ONU del 0,7% del PIB, o de llegar a un acuerdo
significativo para aliviar la deuda externa de los países en
desarrollo. La UE debe superar la posición que presentó en la
conferencia de Monterrey y debe asumir un papel de liderazgo en la
financiación del desarrollo sostenible en los países en desarrollo.

Agenda 21

La Agenda 21 o Programa 21 se ha visto entorpecida por cuatro factores
principales, según la ONU:

*Un enfoque fragmentado que ha permitido que las políticas y los
programas aborden cuestiones económicas, sociales y ambientales, pero
no de una manera integrada;
*La utilización excesiva de recursos que los ecosistemas no pueden
soportar;
*Una ausencia de políticas coherentes en las esferas de las finanzas,
el comercio, las inversiones y la tecnología, y de políticas
proyectadas con una visión a largo plazo;
*La falta de recursos para ejecutar el Programa21. Los países en
desarrollo han tenido dificultades en obtener nuevas tecnologías e
inversiones privadas de los países desarrollados, y la ayuda al
desarrollo se ha reducido en el último decenio.

Entre los preparativos para la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo
Sostenible, el Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan,
ha publicado un informe de 63 páginas en el que se analiza el progreso
logrado durante la última década para poner en ejecución el Programa
21, un plan mundial para el desarrollo sostenible que fue aprobado en
la Cumbre de la Tierra de 1992, en Río de Janeiro. El informe evalúa
las tendencias económicas, sociales y ambientales de los últimos diez
años y presenta sugerencias sobre cómo la comunidad internacional
puede volver a relanzar sus esfuerzos para alcanzar las metas
dispuestas en el Programa 21.

La Agenda 21 o Programa 21, según la propia ONU, es un buen plan, pero
con una débil aplicación. El medio ambiente mundial sigue siendo
demasiado frágil y las medidas existentes para su conservación están
lejos de ser suficientes. Ha habido un progreso muy limitado en la
reducción de la pobreza en los países en desarrollo, y la
globalización, por sí misma, no ha beneficiado a la mayoría de la
población mundial.

En general, los intentos para impulsar el desarrollo humano y para
detener la degradación del medio ambiente, no han sido eficaces
durante la pasada década. Los escasos recursos, la falta de voluntad
política, un acercamiento fragmentado y no coordinado, y los continuos
modelos derrochadores de producción y de consumo, han frustrado los
esfuerzos de poner en ejecución el desarrollo sostenible, o el
desarrollo equilibrado entre las necesidades económicas y sociales de
la población, y la capacidad de los recursos terrestres y de los
ecosistemas para resolver necesidades presentes y futuras.

A pesar de una década de resultados poco satisfactorios, el Programa
21 - el acuerdo adoptado por unanimidad en la Cumbre de la Tierra de
1992, en Río de Janeiro-sigue siendo válido, aunque en él faltan, no
por casualidad, cuestiones tan importantes como la energía nuclear o
el control de las empresas multinacionales.

El mundo ha cambiado en los diez años que han transcurrido desde Río,
con nuevas necesidades y desafíos creados por la globalización, la
revolución de la información y las comunicaciones y la propagación del
VIH/SIDA.

La Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) ha disminuido de 58.300 millones
de dólares en 1992 a 53.100 millones en el año 2000. La AOD, en
proporción al Producto Interior Bruto (PIB) de los países de la OCDE,
bajó del 0,35% en 1992 al 0,22% en el año 2000. Sólo cinco
países-Dinamarca, Luxem burgo, Holanda, Noruega y Suecia-alcanzaron el
objetivo de destinar un 0,7% de su PIB a la ayuda oficial directa
durante el año 2000. La mayoría de los países menos desarrollados
vieron como la AOD se redujo por lo menos en un 25%.


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5. El agua argentina
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Alex Nikichuk*

Este texto está inspirado en gran parte por el artículo sobre el tema
que apareció en Le Monde Diplomatique local de agosto de 2001, firmado
por Nana Bevillaqua, mediadora de la Nación; por un informe de la
Unión de Defensa de los Consumidores de Rosario; y por notas
personales.

La Argentina es un estado federal, compuesto por 23 provincias, cada
una de las cuales cuenta con un gobierno propio, sus propias asambleas
parlamentarias y su régimen fiscal. Cada provincia está regida por un
gobernador, heredero directo de los "caudillos" del siglo XIX y
señores de la guerra de la época.

La administración del agua se encontraba resguardada por un organismo
nacional con delegaciones locales: Obras Sanitarias.

Localmente la administración del agua es en general realizada por
cooperativas.

La privatización de los servicios de agua se refiere solamente a tres
provincias: Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba, las más pobladas, y la
Capital Federal, Buenos Aires, que no debe confundirse con la
provincia del mismo nombre; de allí la denominación de "Capital"
cuando se la menciona.

Es difícil describir la situación del Agua en la Argentina por cuanto
los actores son muchos y variados.

Estos son:
- El Estado, por medio del organismo de Obras Sanitarias.
- El operador financiero, el Banco de Galicia.
- Los gobernadores de las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y
Córdoba.
- Los administradores específicos puestos en función por el gobierno
central pero legalmente vinculados al Partido Justicialista
(anteriormente peronista) y al Radical.
- Los representantes de los sindicatos de la empresa que más tarde se
transformarían en accionistas de la Lyonnaise des Eaux
- El personaje clave en las negociaciones, la ministra justicialista y
sin embargo ultra-liberal María Julia Alzogaray, hoy día objeto de
"requerimientos" de la justicia argentina, y autora de las
disposiciones legislativas a favor de la empresa adjudicataria.
- El grupo financiero Soldati, acusado de "untar" todas las fases de
la negociación.
- Y la Lyonnaise des Eaux-Suez, empresa que tiene los beneficios de la
concesión bajo el nombre de Aguas Argentinas S.A. (AASA).
Los años 90 representan el decenio de las privatizaciones de todos los
servicios públicos argentinos, bajo el impulso decisivo del entonces
presidente Carlos Menem, del partido justicialista, dentro de un
contexto económico ultra-liberal y de un librecambio totalmente
desenfrenado.

Así fueron privatizadas la compañía nacional de petróleo (YPF) vendida
a Repsol; los teléfonos, vendidos, una mitad a France Telecom, y la
otra mitad a la Telefónica Española; la energía eléctrica,  el 80% de
cuyo capital fue concedido  a la EDF; la compañía aérea nacional
vendida a Iberia. Este período también se caracteriza por  la
dolarización de la economía: un dólar equivalía a un peso moneda
nacional.

Los servicios sanitarios argentinos han vivido períodos sucesivos de
privatizaciones y nacionalizaciones, para culminar con la
privatización definitiva. Esta privatización fue facilitada también
por la calidad mediocre del servicio ofrecido por la empresa estatal,
caracterizado por las malas relaciones con los usuarios, la falta de
respuesta a los reclamos, los problemas históricos de presión del
agua, la extensión de las redes sin ninguna planificación de conjunto,
la utilización política de la empresa por los gobiernos de turno.

En este estado, la acción del Banco de Galicia fue determinante; se
produjo entonces la llegada de la Lyonnaise des Eaux en el año 1993 a
la Capital Federal y a una buena parte de la Provincia de Buenos Aires
(10 millones de habitantes involucrados); en el año 1995 a 15 ciudades
de la provincia de Santa Fe (2 millones de habitantes); y en el año
1998, a la capital de la provincia de Córdoba (1 millón de
habitantes).  Estos 13 millones de habitantes constituyen el mayor
mercado de agua del mundo.

Vale remarcar la falta de regulación económica de los servicios
públicos que el Estado debería ejercer. La concesión a la Lyonnaise
des Eaux para el agua potable y las aguas servidas  representa la suma
de los compromisos no cumplidos, las violaciones sistemáticas de las
cláusulas contractuales, los procedimientos arbitrarios desarrollados
en contra de los usuarios, acarreando como corolario los beneficios
financieros exorbitantes para la empresa adjudicataria, que funciona
en una situación de total monopolio.

La falta de cumplimiento de los compromisos contractuales

Un primer contrato fue firmado para el período 1993-1998. La falta de
cumplimiento se observa en dos planos: a) sobrevaluación de los
precios y tarifas, y b) ruptura del equilibrio ambiental de la región
servida por la empresa.

En primer lugar, la concesión se pudo obtener por medio de una
licitación de precios inferior al 26,9 % del precio de referencia
fijado por la empresa del estado. Esta concesión fue acordada a título
gratuito, es decir, sin pagar los derechos por la infraestructura
exis-tente.

Esta gratuidad correspondía a la obligación contraída por la empresa
de invertir 1300 millones de pesos (o de dólares, esa equivalencia era
la paridad en ese momento), para extender el servicio de agua potable
a 1.331.000 de usuarios y el servicio de aguas servidas a 929.000
usuarios.

Al finalizar el período un primer balance mostró que solamente 630.000
nuevos usuarios habían accedido al agua potable y 112.000 a las aguas
servidas.

El contrato inicial preveía el mante-nimiento de la misma tarifa
durante diez años. En realidad, la misma aumentó un 45 % de 1993 a
2001.

La tarifa inicial que los nuevos usuarios debían pagar para el
desarrollo de la infraestructura aumentó un 42 % en el mismo período.
Los usuarios de- bían pagar un monto de 126 pesos durante 30 meses a
partir de la firma del con-trato.

Los super beneficios

Esta política de facturación y de sobrefacturación de los servicios
produjo un incremento considerable en los beneficios de la empresa,
sin repercutir, como era normal que se hiciera,  según el derecho
argentino, sobre las tarifas, a fin de establecer el equilibrio
necesario entre los costos, los beneficios y la factura final.

Resulta útil cotejar las siguientes cifras: un aumento de los
beneficios del 43 % entre 1994 y 1998, y del 68 % entre 1998 y 1999,
mientras que el número de usuarios conectados aumentó un 20,7 % y 31,5
% respectivamente. La tasa de beneficios netos sobre las ventas
alcanzó el 8,7 % en 1994, y el 27,6 % en 1999, mientras que es de
alrededor del 6 % para los Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia.

La extensión de la red y el medio ambiente

La red de evacuación de las aguas servidas se vio sobrecargada por la
falta de desarrollo en relación con el aumento de la población, lo
cual produjo un reflujo de las aguas servidas a través de los
sumideros y el sistema de cloacas, estableciendo así un desequilibrio
hídrico y una contaminación del acuífero. La empresa estaba encargada
de efectuar los estudios así como también las obras necesarias para
remediar esta situación.

A fines del período 93-98, el déficit de realización alcanzó el 80%
con relación a las previsiones. Se había previsto principalmente la
construcción de una importante estación de depuración en las
proximidades de la ciudad de Berazategui, compromiso no cumplido por
un monto de 747 millones de pesos, lo cual no hizo sino agravar el
problema sanitario aludido aún más.

Los procedimientos arbitrarios

La empresa inventó un procedimiento original para la facturación del
suministro del agua: por metro cuadrado de superficie habitada, sobre
todo para las viviendas que no contaban con un medidor de agua. Este
principio abrió la puerta para innumerables abusos: muchos habitantes
pagan por un agua que no consumen.

Víctimas de la crisis que sucedió en la Argentina, muchos usuarios no
pagan la factura de agua, sufren la suspensión del servicio de agua
potable y de aguas servidas, todo mientras continúa la facturación del
servicio!  En 1999, 1500 usuarios sufrieron esta situación, lo cual ha
producido una ganancia de 6 millones de pesos para la empresa.

Aún más para la empresa

La Secretaria de Estado de Recursos Naturales y de Desarrollo
Sostenible, María Julia Alzogaray contribuyó fuertemente a favorecer
los intereses de la empresa a través de diferentes actos
reglamentarios, decretos, resoluciones ministeriales, limitando los
riesgos financieros, haciendo caso omiso al incumplimiento de los
compromisos y validando en cierto modo los super beneficios
producidos.

Ella justificó de manera arbitraria la suspensión de la construcción
de la estación de Berazategui, a pesar de la opinión contraria del
Banco Mundial, que consideraba indispensable su construcción.
El nuevo contrato para el período 1999-2004 prevé el ajuste de las
tarifas en función del costo de explotación que introduce un factor de
actualización de las tarifas en función de la inflación en los Estados
Unidos.

El nuevo contrato prevé la extensión de la red de desagües en 130 km2,
financiados de la siguiente manera: 60 km2 financiados por un aumento
acumulado del 3,9% por año, 50 km2 por los propietarios aledaños, y 20
km2 por la disminución de los impuestos acordada a la empresa.

Vemos aquí que una sociedad pobre financia obligatoriamente la
inversión de una multinacional que opera con tasas de rentabilidad
extremadamente elevadas.

La señora Alsogaray está en manos de la justicia, en particular debido
a  la imposibilidad de justificar el origen de las sumas necesarias
para comprar un departamento sobre el Central Park en Nueva York.

A modo de conclusión

La falta de cumplimiento del 80% de los compromisos, la suspensión de
la estación de Berazategui, las inundaciones producidas por un
desarrollo anárquico de la red, el impacto sobre el medio ambiente
muestran el alto grado de responsabilidad de la empresa que adoptó un
comportamiento depredador sobre la economía local.

El medio ambiente está siendo agredido por el vertido directo de las
aguas fecales a los ríos, que a su vez transmiten la polución a los
acuíferos subyacentes.

Esta situación se encuentra agravada por la negligencia de un estado
que se encuentra en plena decadencia, y que ha permitido a la empresa
realizar beneficios excesivos en total impunidad.

Las condiciones para una rescisión pura y simple del contrato de
concesión están dadas, pero quién tomará la iniciativa de semejante
acto jurídico justificado por el no cumplimiento de los compromisos
suscritos y el enorme prejuicio ocasionado al medio ambiente?

(Grupo de trabajo sobre el agua de ATTAC Francia)
Contacto para este artículo: eau@attac.org


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6. Declaración de los ATTAC Europa sobre el AGCS
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Las movilizaciones de Seattle en noviembre de 1999 consiguieron hacer
fracasar la ronda de negociaciones conocida como "ronda del milenio"
de la  Organización Mundial de Comercio (OMC). Sin embargo, apenas un
mes después, los gobiernos de los estados de la OMC emprendieron, con
la mayor discreción las negociaciones programadas en el llamado
Acuerdo General de Comercio de Servicios (AGCS, GATS en inglés) en el
marco de la OMC. El objetivo de este acuerdo es desregularizar y
privatizar todos los servicios públicos mediante su comercialización
satisfaciendo de este modo el ansia de beneficios y de poder de las
transnacionales. Manifestamos, en contra, que un servicio público no
puede regirse por criterios de rentabilidad económica sino de interés
social.

Desde la apertura de las negociaciones en enero del 2000 se han
realizado movilizaciones ciudadanas en los cinco continentes. Las
reiteradas llamadas que hemos hecho a nuestro gobiernos para que
detengan esta carrera desenfrenada de mercantilización del planeta y
de las sociedades, no han sido escuchadas. Siendo así que en estos
momentos ¡las negociaciones siguen, rodeadas del más absoluto secreto!

Una filtración reciente nos ha permitido conocer las demandas que, en
nuestro nombre pero en realidad al dictado de las transnacionales
europeas, hace la Comisión Europea a otros países miembros de la OMC.
Por ejemplo, a los países de América Latina se les pide la derogación
de sus leyes de protección de las costas marítimas para así poder
apropiarse de esos terrenos y especular con ellos. Es evidente que las
grandes cadenas hoteleras europeas están impacientemente esperando
poder construir hoteles de lujo allí, sin preocuparse de ningún modo
de las consecuencias sociales y medioambientales. Sólo es un ejemplo
de la ofensiva de la Comisión Europea a favor de las transnacionales y
en contra de leyes que se han votado en parlamentos democráticamente
elegidos.

El AGCS amenaza a los servicios públicos de todos los países de forma
que en aquellos que son embrionarios o están poco desarrollados, la
competencia extranjera los destrozará; en el caso de que fueran
inexistentes, no podrán llegar a crearse, con las consecuencias que
esto acarrea para el acceso a bienes comunes básicos y para la vida
diaria, de las mujeres en particular.

Del mismo modo que la Comisión Europea está haciendo de espaldas a sus
ciudadanos demandas de liberalización del sector público, otros
países, especialmente Estados Unidos, están planteando, también en
secreto, exigencias semejantes a la UE. Es evidente cuales son estas
demandas teniendo en cuenta las enormes 'expectativas' despertadas en
torno a los 'mercados' de la educación, la sanidad y los servicios
sociales. En efecto, la financiación pública del sistema educativo o
de la sanidad, las exigencias nacionales de títulos a los maestros, a
los profesores y a los médicos, la responsabilidad del Estado en la
definición de los curricula, todo esto, los lobbies americanos lo
consideran, según la perversa tergiversación del lenguaje propia del
neoliberalismo, como "barreras al comercio" y no como lo que son:
leyes y normas que regulan el acceso universal e igual para todos a
los servicios públicos.

La "apertura" de la educación, de la sanidad, y de todos los servicios
públicos a la competencia comercial se hace a través de múltiples vías
y el AGCS es la más peligrosa. La desregulación y la privatización de
las telecomunicaciones está muy avanzada, en unos países mas que en
otros, mientras que las de transportes, energía, correos, siguen su
curso, en el marco de la "estrategia europea de competitividad". La
Mesa Europea de Empresarios (ERT), la UNICE y el Foro Europeo de
Servicios (ESF), tres de los lobbies empresariales más poderosos,
llevan años exigiendo los que ellos llaman "apertura" de la educación
al mundo empresarial, a sus modos de gestión y a su ideología, labor
para la que cuentan con el apoyo diario de los medios de comunicación,
casi todos en sus manos

La crítica constante al funcionamiento de los servicios públicos, ha
conseguido que una parte importante de la ciudadanía acepte la falacia
de que estos servicios serían mucho más "eficaces" si se entregaran a
la competencia del mercado. No dudamos en que hay que mejorar su
eficacia pero no para permitir que se los apropien las
transnacionales, sino para mejorarlos y reforzar su carácter público.
Pensamos que es necesaria una mejor y más amplia financiación de estos
servicios para mejorar su calidad (en el sentido genuino de la
palabra) y el acceso de todos en condiciones de igualdad. En este
sentido es urgente, como venimos reclamando desde ATTAC, aumentar los
impuestos a las rentas del capital y así ampliar los recursos
necesarios para estas mejoras. Rechazamos tajantemente el dogma
neoliberal y no aceptaremos ni el objetivo de entregar los servicios
públicos a los intereses privados ni los procedimientos completamente
antidemocráticos mediante los cuales se trata de alcanzar ese
objetivo.

Queremos alertar a la opinión pública sobre la gravedad de las
negociaciones actuales en el marco del AGCS. En concordancia con las
conclusiones de la conferencia ministerial de la OMC en Doha en
Noviembre 2001, la Comisión Europea tiene hasta el 31 de marzo de 2003
para comunicar a los otros países de la OMC los campos que está
dispuesta a "liberalizar", otra vez en nuestro nombre, sin que sepamos
nada al respecto. Esta estrategia de propaganda ideológica a través de
los medios acompañada de negociaciones secretas es intolerable.

En el primer semestre de 2002, una serie de colectivos, organizaciones
sindicales, y movimientos sociales incluyendo ATTAC hemos lanzado una
campaña de cartas a los gobiernos y al Comisario europeo de comercio,
exigiendo, como primer paso y de forma inmediata, hacer público el
contenido de las negociaciones. Pero ni siquiera esta exigencia de
mínimos  democráticos ha recibido la menor consideración. Además tanto
el Parlamento Europeo como los Parlamentos nacionales han sido
completamente apartados de estas negociaciones.

Ante el talante antidemocrático de nuestros gobernantes que desprecian
sistemáticamente las preocupaciones y los intereses de la ciudadanía,
hacemos un llamamiento a emprender un proceso de movilización general
y de lucha en todos los países y a escala europea para defender
nuestros servicios públicos.

Llamamos a una movilización general en contra del AGCS y de todos los
procesos de desregulación y privatización de los servicios públicos
actualmente en marcha. Proponemos que todos los sindicatos, las
plataformas de defensa de los servicios públicos, los colectivos
ciudadanos y los movimientos sociales, así como la ciudadanía en su
conjunto, nos convoquemos particularmente cada vez que haya una cumbre
europea.

Expresamente, asumimos y nos solidarizamos con la gran manifestación
unitaria europea convocada por decenas de organizaciones, movimientos
sociales y sindicatos en defensa de los servicios públicos y contra el
Acuerdo General de Comercio de Servicios (ACS-GATS) el 29 del presente
mes de junio en Ginebra.

Exijamos todos y todas unos servicios públicos, iguales para todos,
cuya gestión y evolución sea transparente, participativa y
democrática.
Sevilla, 22 de junio 2002
Fuente: www.attacmadrid.org


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7. ATTAC-ECHLA: Informe de Chile
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El compañero Manuel Hidalgo Valdez de Chile nos informa que
ATTAC-Chile está creciendo en todo Chile. Recientemente, el 22 de
junio, se realizó en Santiago una asamblea general de adherentes en la
que Alejandro Núñez se refirió al Tratado de Libre Comercio con Europa
y José Cademartori a Economía y Globalización (ver www.attac.cl) . Han
realizado también exitosas reuniones informativas en otras ciudades
chilenas: Puerto Montt, Osorno, Valdivia y Temuco en las que los
asistentes manifestaron su interés y entusiasmo por impulsar la
creación de nuevos grupos ATTAC en dichas ciudades. Nuevas reuniones
están previstas para los meses próximos en Concepción, Antofagasta,
Arica, Iquique, Valparaíso y otras.

Se están elaborando varios documentos a ser discutidos en próximas
Asambleas sobre: Tasa Tobin, Participación ciudadana y democracia
participativa, Bioética, Educación y género, Tratados de Libre
Comercio, Cultura e identidad, Pueblos originarios, Globalización y
Salud, Urbanismo y Vivienda Social y otros.

También se programa una Conferencia Nacional para el 5 de octubre
próximo, en la que se prevé discutir los documentos elaborados sobre
los ejes temáticos anteriormente detallados.

El 13 de julio se habrá realizado un gran acto público en la Plaza de
Armas (N. de E. centro neurálgico de Santiago) centrado en la
problemática de la globalización financiera y en el que estaba
previsto ilustrar creativamente dicha problemática por medio de
acciones gráficas e ilustrativas y la disposición de un stand para
responder consultas y difundir ATTAC.

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