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Por favor reenvía este correo.  Ni un paso atrás contra el abuso del poder,
la simulación política y la hipocresía presidencial.

 

Denuncia intimidación el joven que rompió diploma de premiación ante Marta
Sahagún 

SUSANA GONZALEZ G. 

El estudiante universitario Luis Enrique Flores Fuentes, quien el miércoles
pasado rompió el reconocimiento que Marha Sahagún, esposa del presidente
Vicente Fox, le acababa de entregar por participar en el concurso de cartel
sobre los derechos de las niñas y los niños, denunció que ayer fue
intimidado por tres presuntos agentes de la Policía Federal Preventiva (PFP)
en su domicilio particular.

Por tal motivo acudió de inmediato a la Comisión de Derechos Humanos del
Distrito Federal, para presentar una queja por sentirse "amenazado" y
defender su derecho a protestar y expresar su inconformidad por el uso que
se hizo del trabajo con el que participó.

El universitario temía ya una reacción en su contra, como expresó en una
carta enviada a La Jornada, publicada en la edición de ayer, donde
responsabilizó "al gobierno federal y a los cuerpos de seguridad del Estado
Mayor (Presidencial) de cualquier acto de intimidación, hostigamiento o
cualquier perjuicio físico o moral que pudiera realizarse en mi contra a
través de ellos mismos o a través de otras instancias".

Tanto en la misiva como ayer, al hablar con la prensa, reiteró que sólo
ejerció su libertad de expresión por considerar "una falta de ética el acto
de oportunismo permitido por los organizadores", porque en la convocatoria
del concurso en el que decidió participar nunca fue mencionado que la
fundación Vamos México, presidida por Sahagún de Fox, participaría en el
acto. 

De 23 años y estudiante de la Universidad Autónoma Metropolitana, Luis
Enrique relató que alrededor de las 10:30 de ayer un sujeto que dijo
llamarse Rubén Martínez González -quien le mostró una credencial de la PFP,
aunque no le permitió verla con detalle, pues "sólo me charoleó"- se
presentó en su casa en la colonia Prado Vallejo para preguntarle cuáles eran
sus inconformidades, ya que, afirmó, quería conocerlas "de primera mano"
para hacerlas llegar a la señora Marta Sahagún.

"Le dije que tenía compromisos y quería seguir con mi vida cotidiana. Me
pidió un número de celular e insistía en que le dejara un teléfono donde
localizarme", dijo. Aseguró que no se negó a explicarle los motivos de su
protesta, como hizo ante la prensa después del acto de premiación, pero el
sujeto insistió en preguntarle si pertenecía a alguna organización o quién
estaba detrás de él.

De cualquier manera, acordaron una cita para ayer mismo por la tarde, pero
al salir de su domicilio en compañía de una amiga, el mismo individuo lo
interceptó en la calle.

El supuesto agente federal, de unos 45 años, quien vestía pants, estaba
acompañado de otro tipo que intentó fotografiar al universitario desde una
combi blanca que estacionaron frente a su casa. Quien se presentó como Rubén
Martínez "me hizo la seña de que me acercara y de otro auto bajó una tercera
persona. Abrió la puerta del primer carro y me indicó que subiera. Me negué,
ya que tenía una actitud completamente amenazante. Me explicó que
hablaríamos en ese momento porque, aunque había acordado una cita, me
advirtió que no se iba a hacer como yo quisiera y que las condiciones las
ponía él. Si me oponía, amenazó, los obligaría a tomar medidas más
drásticas". 

El joven refirió que además de negarse a subir al automóvil le preguntó si
lo estaba amenazando y la respuesta fue: "tómalo como quieras", y agregó que
lo esta-rían siguiendo. También reconoció que no tiene certeza de que los
tres individuos sean miembros de la PFP, pero mencionó que cuando fue
interceptado en la calle uno de ellos se refirió al que portaba la
credencial como "comandante".

Luis Enrique insistió en que ejerció su derecho a protestar por el
"oportunismo" de Marta Sahagún y por ello se sorprendió de estas amenazas.
Por ello decidió presentar una queja en la CDHDF.

La Jornada (7 junio, 2002)

 

 

Estudiante responsabiliza al gobierno de cualquier intimidación que sufra

Señora directora: Le suplico que publique la siguiente carta en su
prestigiado diario.

Ejerciendo las garantías individuales de todo ciudadano, presentadas en el
artículo 6º constitucional, y en uso de mi libertad de expresión, realicé
una protesta pacífica el pasado 4 de junio para manifestar mi desacuerdo con
las profundas diferencias entre el discurso oficial y la realidad cotidiana.

El principio democrático que supuestamente rige en este país ampara la libre
manifestación de las ideas, por eso rompí mi reconocimiento, pues considero
una falta de ética el acto de oportunismo permitido por los organizadores:
en ningún apartado de la convocatoria del concurso Cartel sobre los Derechos
de las Niñas y los Niños se menciona implícita o explícitamente la
participación o vinculación con fundaciones de asistencia social oficiales,
mismas instituciones con cuya función coercitiva no estoy de acuerdo y, por
lo tanto, no deseo se relacione mi trabajo sin mi previo conocimiento y
autorización. 

Responsabilizo al gobierno federal y a los cuerpos de seguridad del Estado
Mayor de cualquier acto de intimidación, hostigamiento o cualquier perjuicio
físico o moral que pudiera realizarse en mi contra por ellos mismos o a
través de otras instancias.

Reivindico mi derecho y obligación como ciudadano y estudiante universitario
de ejercer una actitud crítica hacia la realidad de mi país, actitud que
refleja el espíritu irrestricto que debe imperar en toda universidad
pública. 

Luis Enrique Flores

La Jornada (6 junio, 2002)


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