Rafael Lozano-Hemmer on Thu, 29 Nov 2001 16:26:28 +0100 (CET)


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[nettime-lat] Vida 4.0, Decisión del jurado


DECISION DEL JURADO

El jurado de la competición Vida 4.0 - Daniel Canogar, Machiko
Kusahara, Rafael Lozano-Hemmer, Sally Jane Norman y Nell Tenhaaf - ha
examinado 35 obras de arte que utilizan conceptos y técnicas de vida
artificial. Estas piezas fueron previamente seleccionadas de entre
las 63 obras recibidas de 18 países distintos. El primer premio de la
competición Vida 4.0 es compartido ex aequo por Scott Draves por
Electric Sheep, un salvapantallas generado colectivamente, y Haruki
Nishijima por Remain in Light, una instalación interactiva de luz y
sonido. Este último además recibió el premio especial del público al
ser la obra más votada por los asistentes a la presentación de los
premios en Madrid. El tercer premio ha sido para la obra basada en la
Web Novus Extinctus, realizada por el colectivo Transnational Temps
(Andy Deck, Fred Adam, Verónica Perales).


PRIMER PREMIO EX AEQUO ($4.250 dólares cada uno)

Electric Sheep
Scott Draves, EEUU
http://electricsheep.org
http://draves.org

Electric Sheep, que recibe esa denominación de la famosa novela de
Philip K. Dick ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, busca
hacer realidad el sueño colectivo de los ordenadores durmientes
extendidos por todo Internet. Un salvapantallas sirve de espacio
visual compartido en el que clientes ofrecen potencia computacional
para generar animaciones u "ovejas", entidades gráficas individuales
basadas en una cadena de código de 65 números escogidos
aleatoriamente por el servidor, presentadas a través del software de
llama fractal del artista (versiones futuras ejecutarán otros
programas de animación generativa). Los usuarios pueden descargar el
rebaño de ovejas en cualquier momento y presenciar el nacimiento de
otras nuevas, en un proceso reproductor digital permanente. Se pueden
conservar los nombres de usuario de aquellos que desean formar su
propio rebaño. Aunque el espacio de disco limita el rebaño a unos
treinta ejemplares vivos, los usuarios pueden votar para alargar la
vida de sus ovejas favoritas. El principio de vida artificial de esta
obra funciona eficazmente tanto en el plano metafórico como en el de
diseño de software: algoritmos generativos nos permiten criar un
rebaño digital de "ovejas" digitales. Esta pieza está fuertemente
anclada en la ética de procesos de desarrollo de software
participativo y de distribución gratuita: energías creativas que dan
lugar a nuevos seres gráficos proceden de ciclos computacionales
donados, y muchos pastores entusiastas han formado una comunidad
activa de desarrollo. De esta manera, la "granja de ovejas
eléctricas" ofrece un suelo fértil para un nuevo espacio de
conocimiento digital y social.

Remain in Light
Haruki Nishijima, Japan

Vivimos rodeados de invisibles ondas electromagnéticas. Transmisiones
inalámbricas crean un denso tejido a nuestro alrededor, una red
comunicativa que sin embargo nunca llegamos a ver. El artista japonés
Haruki Nishijima ha conseguido representar visualmente estas ondas
electromagnéticas que nos rodean. En su instalación "Remain in Light"
(Permanecer en la Luz) el usuario se convierte en un entomólogo que
sale a la caza de sonidos provisto de unos auriculares, una mochila
construida como las tradicionales cajas de madera de los naturalistas
y una red para cazar insectos que sirve de antena. Al pasear por la
ciudad, el usuario graba fragmentos de sonidos de los medios de
comunicación, tales como los emitidos por teléfonos móviles o la
radio. En la sala de exposiciones, la caja que ha grabado los sonidos
se abra para ser vista, y se conecta a un ordenador que transforma
las señales acústicas en puntos luminosos que asemejan luciérnagas.
Estos puntos se proyectan sobre unas pantallas fabricadas con el
mismo material que se utiliza tradicionalmente en Japón como
mosquiteras. Cuando el público se acerca  a las pantallas de
proyección, los puntos de luz se esparcen, y al rebotar contra los
bordes de la pantalla emiten sus correspondientes sonidos. Esta
poética instalación conecta nuestro paisaje sonoro urbano con una
ecología imaginaria.


TERCER PREMIO ($1.500 dólares)

Novus Extinctus
Transnational Temps (Andy Deck, Fred Adam, Verónica Perales), EEUU,
Francia, España
http://www.artcontext.org/novus

Los artistas han realizado una extensa obra basada en Internet
compuesta por una taxonomía de nombres de dominio de la Web, un
buscador que rastrea por estos datos extraños, eslóganes de
marketing, datos insertados por usuarios en el sitio y misteriosos
gráficos que parecen estar construidos por código. La idea y el
mensaje clave de Novus Extinctus es que la expansión de la presencia
humana en la World Wide Web corre paralela a la escalofriante pérdida
de la biodiversidad en los hábitats del mundo real: el número de
nombres de dominio de la Web registrados aumenta cada día, al mismo
tiempo que crece el número de especies extinguidas. Por eso, para
construir la metáfora, los nombres de dominios que aparecen en el
sitio están asociados a nombres de especies en latín. Cuando alguien
selecciona un nombre de dominio y lo procesa, aparece esta asociación
con un enlace a sitios reales de animales, como TigerDirect.com. Esta
suplantación continúa en el buscador Free Domain para buscar nombres
de dominios que desde hace poco están disponibles por su extinción, y
en testimoniales en los que, entre otros, aparecen los artistas
elogiando la utilidad del buscador. La sagacidad sociopolítica de
esta obra se resume en la afirmación que hacen los artistas de que
nuestro creciente banco de datos de códigos genéticos, como es el
caso del Proyecto del Genoma Humano, no puede de ninguna manera
compensar la pérdida de especies. Sobre este principio, el sitio
arremete maravillosamente contra la idea de que el código informático
y el código genético son de alguna manera intercambiables, y nos
recuerda que una idea simple puede convertirse en una idea peligrosa.
Esta obra fue realizada con el apoyo del Museo de Electrografía de
Cuenca.


MENCIONES HONORÍFICAS (orden alfabético)

Relazioni Emergenti
Mauro Annunziato, Piero Pierucci, Italia

En el espacio uno se encuentra diseños abstractos de apariencia
semejante a las plumas que se extienden por la pantalla acompañados
de sonido. Al mover el participante la mano en la pantalla, la
generación de diseños gráficos sigue al movimiento de la mano. Aunque
no se les da apariencia de formas de vida, los diseños gráficos y
acústicos evolucionan de manera autónoma según la información y los
algoritmos genéticos que les permite mutar. El participante puede
interactuar libremente con ellos guiándolos y alimentándolos, ya que
la posición de la mano estimula la germinación. La combinación de la
evolución autónoma continua y el transplante por parte de los
participantes produce comunidades distribuidas localmente de diseños
de sutil belleza y diversidad. Es como si a alguien se le diera un
pulgar verde en un jardín digital. La pieza invita a los
participantes a disfrutar con la creación de imágenes con sus
cuerpos, mostrando el potencial de los conceptos de vida artificial
no sólo en la propia creación artística, sino también en cuanto al
placer que las experiencias artísticas pueden ofrecer a muchas
personas.

The Table: Childhood (La mesa: Infancia)
Max Dean y Raffaello D'Andrea, Canadá y EEUU

Table (mesa) es un mueble de apariencia normal, como la que puedes
tener en la oficina, y que de repente empieza a realizar un
movimiento autónomo en respuesta a la entrada de alguien en su
entorno. El comportamiento artificial incorporado a esta obra es, por
una parte, sencillo, porque la mesa simplemente se desliza por el
suelo de una pequeña habitación de la que no puede salir. Pero
también es imprevisible y complejo. Por ejemplo, de todo un grupo
escoge sólo a una persona frente a la que reaccionar, aprende el
lenguaje corporal del individuo con el que ha iniciado una relación y
también se mueve cuando no hay nadie en la habitación. La interacción
es controlada a través de un sistema de visión que utiliza una cámara
de vídeo y software especialmente diseñado. Se podría decir que el
comportamiento visible de la mesa es algo provocador: hace pequeños
movimientos invitadores cuando una persona entra por primera vez en
la habitación, esquiva los movimientos de la persona como si
estuviera en una confrontación (de hecho, si la persona no actúa la
mesa se vuelve más activa e invitadora) e incluso puede llegar a
ponerse en medio de la salida para impedir que la persona salga. The
Table: Childhood fue muy bien acogida en la Bienal de Venecia y
continúa su proceso de evolución hacia la adolescencia y la madurez.

Castenedize!: Dingir 2.0
Ivor Diosi, E/Bone, República Eslovaca

Ivor Diosi combina entidades de proyección virtual y elementos
escultóricos primitivistas en una instalación interactiva
multiusuario. Un sistema de seguimiento óptico y sensores de sonido
monitorizan los movimientos corporales y las palabras emitidas por el
participante, utilizando los datos obtenidos para activar y catalizar
comportamientos gráficos de avatares electrónicos. La visión del
mundo en pantalla que se ofrece a los participantes transmite una
impresión simple pero eficaz de realidades enmarañadas: un software
multiagente da vida a activos enjambres de criaturas gráficas. Uno de
los retos de las obras de realidad mixta es crear un registro visual
convincente para la estética de los mundos real y virtual combinados:
¿cómo podemos crear relaciones coherentes entre objetos sólidamente
arraigados en lo físico y sus etéreos equivalentes creados por
ordenador? Inspirado por la cosmología de Castañeda, Dingir 2.0
encastra sus sensores y altavoces en inmensos apéndices orgánicos
simulados que, en el universo físicamente y virtualmente moldeado y
expuesto a los participantes, entran en extraña resonancia con los
enjambres de avatares digitales.

Breathe (Respiración)
Jessica Findley y Margot Jacobs, EEUU

Estas dos artistas han colaborado en varias ocasiones para realizar
obras interactivas, con especial interés por la creación de
experiencias que invocan respuestas afectivas. En el entorno Breathe,
el espectador tiene que entrar en una cámara hecha de tejido blanco,
y allí se tumba boca arriba. Se le ata alrededor del pecho un
resistor sensible a la presión, y a continuación la persona se
relaja, respirando profundamente. El resistor mide el movimiento de
la respiración, traduciéndolo a una señal que es enviada a dos
pequeños motores que giran un par de clavijas. Esta persona que está
tumbada ve dos series de cadenas que suben y bajan entre las
clavijas: una sigue su respiración y la otra reproduce la respiración
del ocupante anterior. Un microchip coordina todo el movimiento y
registra la respiración. Este mecanismo genera un método sencillo
pero elegante de conectar la experiencia de una persona con la de la
siguiente o de entrelazar el ritmo de respiración de una serie
infinita de personas. Es un sistema de feedback muy accesible
construido con una inteligente economía de medios.

Skeletal Reflections
Chico MacMurtrie, EEUU

Antes o después nuestro mundo acabará cohabitado por robots
humanoides con cuerpos robustos, aunque elegantes, e inteligencia.
Eso es lo que nos dicen robots como PINO de Honda o ASIMO de Sony.
Sin embargo, Skeletal Reflections de Chico MacMurtrie es totalmente
diferente. Este robot autónomo está diseñado deliberadamente como un
esqueleto sin piel, con gusto artístico. Estimula a los seres humanos
como máquina, con un sistema que controla los músculos. Cuando un
humano muestra una postura, el robot la reconoce utilizando el
software de captura de movimiento, y la imita. Los gestos que
conocemos de cuadros que reflejan momentos históricos, como el de
oración o de reverencia, que se han asociado con actividades
sociales, psicológicas y espirituales de los seres humanos y han
quedado legitimados a través de la historia del arte, se ven
extrañamente fuera de lugar cuando son ejecutados convincentemente
por el robot esqueleto. Esta pieza plantea deliberada e irónicamente
dudas sobre las relaciones entre humanos y robots y la forma en que
hemos representado y reconocido nuestros sentimientos mediante gestos
a lo largo de la historia.

Eden
Jon McCormack

"Eden" es un ecosistema artificial interactivo y auto-generado.
Utilizando el modelo de autómata celular de vida artificial, este
ecosistema de criaturas en constante evolución tiene similares
características a las de un entorno real. Las criaturas buscan
alimento, se confrontan a depredadores y se reproducen entre sí.
Simultáneamente se mueven a través del entorno virtual transmitiendo
y escuchando sus sonidos mutuos, y generando un paisaje sonoro que
escuchamos mientras presenciamos la instalación. La supervivencia del
mundo virtual depende de la presencia de la gente en la instalación,
ya que sus movimientos alimentan las criaturas. El mundo artificial
se proyecta sobre dos pantallas traslúcidas en forma de "X". Esta
original configuración crea transparencias y efectos de profundidad
que enriquecen la lectura de la obra. Eden ilustra las propiedades
emergentes y naturaleza abierta de sistemas de vida artificial.

Machine autiste-artiste
Samuel Neuhardt, Francia

La obra de este joven artista francés se inspira en un planteamiento
crítico de la robótica y la vida artificial, en un contexto en el que
las nuevas tecnologías a menudo son ensalzadas por mejorar la
comunicación y el intercambio y la mitología de la clonación parece
concentrarse en propagar criaturas ideales e idealizadas. Muchos
artistas robóticos se esfuerzan actualmente por construir creaciones
artificiales virtuosistas: siguiendo el ejemplo del músico de
clavecín creado en el siglo XVIII por Vaucanson, robots cada vez más
perfeccionados los deleitan con sus habilidades en la pintura, la
música, la poesía. La "machine-autiste-artiste" de Neuhardt es
animada pero, al mismo tiempo, es totalmente refractaria a la
comunicación. Gira continuamente en un rincón, ignorando todo
contacto con el mundo exterior. Su movimiento clara y ruidosamente
mecánico, nos transmite de una manera desoladora una patología
indudablemente humana. Así, este gemelo o clon del artista, diseñado
para reflejar la introversión y la obsesión que experimenta durante
el proceso creador, actúa como un ejemplar de vida artificial de una
naturaleza misteriosa y perturbadora. Aquí no existe empatía; sólo el
reconocimiento irrefutable del estado de incomunicación que, nos
guste o no, es también un componente fundamental del comportamiento
humano.


INCENTIVO PARA NUEVAS PRODUCCIONES ($5.000 dólares cada uno)

El jurado de Vida 4.0 ha repartido también el primer premio "de
incentivo a la producción" concebido para ayudar a la creación de
nuevas obras de vida artificial en Latinoamérica, España y Portugal.
Las dos propuestas ganadoras representan puntos de vista muy
diferentes en este campo.

Cuarteto de Cuerda Robótico
Carlos Corpa, Basilio Martí, David Cabellos, España

Uno de los aspectos más interesantes de los robots de este grupo es
que nacen dentro de una "comunidad" de intérpretes, rompiendo el
estereotipo de robot antropomórfico solitario creado para servir a
los humanos. Los robots son individuos altamente especializados cuya
aportación a una interpretación colectiva de arte visual y música
propone una nueva estética mecanicista. La obra de Carlos busca el
contraste entre elementos del arte elevado como el cuarteto de cuerda
y acontecimientos festivos más cercanos al carnaval popular. Estos
ejecutantes robóticos arañan y actúan con verdadero entusiasmo sobre
instrumentos musicales de fina composición para generar sonidos para
un salón del siglo XXI. Fijarse sólo en los elementos paródicos de la
pieza sería olvidar el hecho de que los gestos mecánicos de estos
aspirantes a maestros, estos cuasi Pacos de Lucía, nos hacen
replantear nuestra percepción de los robots como instrumentos
utilitarios capaces de ejecutar movimientos precios previamente
calculados. El jurado ha considerado que el Cuarteto de Cuerda
Robótico podría ser impulsado  a un siguiente nivel de caótica
sofisticación si se le ofrece una ayuda a su desarrollo.

"El Continuo"
Enrique Rosas González, México

Enrique Rosas González es un artista mexicano que explora la relación
entre arte, ciencia y tecnología con un espíritu sumamente
renacentista, al abarcar terrenos tan diversos como la electricidad,
la electrónica y la botánica. Para la modalidad de incentivos de
producción de obra nueva en Vida 4.0 el artista ha propuesto el
proyecto "El Continuo", una dinámica y compleja escultura eléctrica y
electrónica. Enrique Rosas está interesado en el proceso cognitivo de
reconocimiento de patrones que utilizamos para descifrar la realidad,
pero desde un punto de vista sumamente original; pretende conectar
los estudios científicos sobre la materia con otros campos más
esotéricos, como la memoria arquetípica y la futurología. "El
Continuo" es un proyecto que evoca a Marcel Duchamp, en especial su
célebre obra "la Máquina de solteros", considerada por muchos como un
modelo metafórico de vida artificial. En "El Continuo" se conectan
varios elementos, entre ellos una planta, 24 ordenadores en red, y
dos discos que al girar, no solo disparan chispas sino que se
convierten en praxinoscopios, esos aparatos ópticos
proto-cinematográficos del siglo XIX que recreaban el efecto de
movimiento con imágenes estáticas. Recurriendo a un lenguaje
enigmático, su proyecto recuerda a las investigaciones alquímicas de
otras épocas que conectaban el orden material con la dimensión
energética del ser humano. La sofisticación tecnológica y estética
extremadamente personal de la obra de Enrique Rosas convenció a el
jurado de Vida 4.0, por lo que decidió apoyar la producción de este
proyecto.

Más información: http://www.telefonica.es/fat/vida4
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