ricardo dominguez on 17 Mar 2001 15:11:35 -0000


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[nettime-lat] Jornada, ?Que' zapatismo despue's del zapatismo?


jueves ¤ 15 ¤ marzo ¤ 2001
Jornada,

Yvon Le Bot

La poli'tica segu'n Marcos.  ?Que' zapatismo despue's del zapatismo?

La palabra y el sentido contra el poder y la sangre. La historia de
Ame'rica Latina, la de Me'xico en particular, se escribio' durante mucho
tiempo de manera tra'gica. Los zapatistas tratan de alejarse de la
fatalidad de una violencia que echa sus rai'ces en el sangriento reino de
los tlatoani y que se ha repetido hasta nuestros di'as, en las
destrucciones de la Conquista y de la Colonia espa~ola, en los millones
de muertos de la Revolucio'n Mexicana, en el aplastamiento de la revuelta
estudiantil de 1968, y en las innumerables masacres de campesinos. Las
u'ltimas de estas masacres, las de Aguas Blancas (1995) y de Acteal
(1997), perpetradas por los agentes y esbirros del re'gimen del Partido
Revolucionario Institucional (PRI), en descomposicio'n.

La guerrilla zapatista se apoya en la voluntad de salir de la lucha
armada. Esta "guerrilla que aspira a desaparecer" surgio' mientras se
desvaneci'a el mundo de referencia comunista y se cerraba un ciclo de
movimientos armados revolucionarios en Ame'rica Latina, la mayor parte de
ellos sumidos en atroces guerras civiles.

Las guerrillas que sobreviven, las que resurgira'n, no son de la misma
naturaleza. En Colombia, las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FARC) y el
Eje'rcito de Liberacio'n Nacional (ELN) han aumentado su poderi'o al tiempo
que se diluye su dimensio'n ideolo'gica y se desvi'an hacia el crimen
organizado: financiamiento por el dinero de la droga, multiplicacio'n de
secuestros y asesinatos. Vuelven a ser lo que eran antes de la e'poca
castro-guevarista: guerrillas sociales mezcladas con bandolerismo y
luchas de poder locales, regionales, y eventualmente nacionales. Pero
con medios inconmensurables gracias a sus negocios sucios. La posiblidad
y los ingredientes de semejante desviacio'n existen tambie'n en varios
lugares de Me'xico.

Los zapatistas han elegido una vi'a opuesta. Vuelven la espalda al
tra'fico y al consumo de drogas, a la industria del secuestro, a las
ejecuciones y a otras pra'cticas criminales que han corrompido a tantos
grupos armados. Extra~os guerrilleros que no han combatido ma's que doce
di'as antes de transformarse en un movimiento armado no violento, y que
marchan hacia Me'xico con las manos vaci'as, sin ma's armas que los
pasamonta~as. "Nosotros indi'genas e'ramos invisibles. Fue necesario tapar
nuestras caras para que nos vean".

Estos hijos de Zapata y Guevara no quieren terminar como ninguno de
ellos. Comenzaron por reproducir sus modelos, en ocasiones hasta el
mimetismo. Estaban, tambie'n ellos, fascinados por las armas, el martirio
y las rebeliones desesperadas. Retomaron antiguos si'mbolos, revivieron
figuras y momentos heroicos, pero para conjurar un final tra'gico y en
busca de una salida no violenta. Como en las terapias en las que el
paciente es conducido a revivir el trauma para superarlo, para salir de
su repeticio'n.

Los revolucionarios de la vieja escuela, profesionales, nosta'lgicos o
arrepentidos, se burlan de estos so~adores, de estos "guerrilleros de
opereta", "virtuales".  ?Cua'ntas escuadras?  ?Cua'ntos muertos? Las armas,
dicen, esta'n hechas para usarse, y el u'nico asunto serio es el poder.
Los zapatistas no son serios, "son de mentiras", prefieren, a los
sillones y la sangre, la palabra y el sentido. "Apenas me siento en un
sillo'n, me caigo", deci'a Emiliano Zapata.

A partir de los a~os 60 y 70, a medida que declinaban las guerrillas
revolucionarias, comenzaron a emerger movimientos indi'genas en Ame'rica
Latina. Los indi'genas se propusieron salir del silencio, del sufrimiento
y de la violencia, tomar la palabra, y el destino en sus manos. Tambie'n
en Chiapas, Marcos y su grupo se cruzaron con la desdicha indi'gena y la
voluntad de salir adelante. Este encuentro los cambio', hizo que
perdieran sus viejas categori'as marxistas leninistas. Evito' que
desaparecieran y los ayudo' a crecer. Les permitio' resistir a la guerra
de usura que, durante cinco a~os, impuso el gobierno de Zedillo, y les
permitio' reaparecer hoy.

Al salir de Chiapas, Marcos evoco' una vez ma's "ese recuerdo que aspira a
no repetirse", el de la ni~a indi'gena a quien "en unas horas, una
calentura le quemo' los a~os y los sue~os". Para salir de tragedias como
e'sta, los indi'genas emprendieron su marcha.

La caravana zapatista es uno de los principales fragmentos de una larga
caravana que, hetero'clita y discontinua, se ha puesto en movimiento en
el continente. Con los indi'genas de Ecuador, los de Me'xico esta'n hoy a
la cabeza. Y tambie'n han ocupado un sitio los mapuches de Chile y
Argentina, incontables grupos indi'genas de la Amazonia, los aymara's y
quechuas de los Andes, los indios de Colombia, de Panama', de Nicaragua,
de Guatemala...

Las grandes marchas paci'ficas son una de las acciones predilectas de los
movimientos indi'genas. Estas los alejan de las guerras de guerrillas y
los inscriben en la li'nea de Gandhi, de Martin Luther King e incluso de
la lucha antirracista de los Beurs (franceses hijos de inmigrantes
magrebi'es) de los a~os 80 en Francia. Ningu'n separatismo, ningu'n
etno-nacionalismo. Los indi'genas piden ser reconocidos como iguales y
diferentes en el seno de una nacio'n reconstruida sobre una base
pluricultural.

 ?Pero que' tipo de nacio'n en los tiempos de la globalizacio'n? El
zapatismo, que irrumpio' el di'a de la entrada en vigor del Tratado de
Libre Comercio para Ame'rica del Norte (TLC), fue el primer levantamiento
declarado contra la mundializacio'n neoliberal. Otros le siguieron. Este
combate aparece hoy necesario y menos uto'pico. No pasa, para los
zapatistas, por la construccio'n de un partido, la toma del poder ni una
postura nacionalista, sino por la emergencia de un contra-poder, por una
oposicio'n creativa y festiva, por la recomposicio'n de los actores de las
bases, de una multitud y de una diversidad de actores, en una sociedad
nacional menos desigual y abierta hacia el exterior. "El mundo que
queremos es un mundo donde quepan muchos mundos", les gusta decir,
hacie'ndose eco de las palabras de un sabio maya: "En esta parte del
mundo, muchos mundos nos hacen y los hacemos".

 ?Co'mo transformar este intento, co'mo traducir la lucha de los indi'genas,
simbo'lica y por lo tanto ma's que real, en una accio'n social y poli'tica
capaz de movilizar ma's alla' de diferencias e'tnicas y de fronteras
nacionales?  ?Co'mo ser los catalizadores de un movimiento social de redes
en la era de la informacio'n?  ?Co'mo crear una poli'tica que combine
igualdad y diferencias? Estos son los desafi'os que enfrenta el zapatismo
en la etapa que acaba de comenzar con la marcha a Me'xico: la del
post-EZLN, la de la post-guerrilla. ¤



¤ Socio'logo del Centro de Ana'lisis y de Intervencio'n Sociolo'gicos
(CNRS-Ecole de hautes e'tudes en sciences sociales)

Traduccio'n: Alejandra Dupuy


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