ayuste on 26 Feb 2001 20:44:50 -0000 |
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[nettime-lat] educación |
Excelente la reflexión de Santos Mercado Reyes sobre el modelo
educativo cubano.
Saber cuándo comer, qué comer y cómo comerlo; saber
Las personas no somos libres, ni nacemos libres, nacemos dependientes y dependemos en grado extraordinario del entorno (necesitamos comer, que nos quieran y a los demás para sobrevivir); necesitamos realizar el instinto de supervivencia, una vocación natural de nuestro sistema vital, de nuestro modelo físico, lo que implica regenerar el organismo (comida, temperatura, afecto, inmunidad) y autoperpetuarlo (realizar la eternidad a través de nuevas generaciones); para todo ello necesitamos a los demás, comprender nuestras necesidades, las de los demás y las de la comunidad, las de la especie y las de la biosfera. Para estructurar nuestro deseo necesitamos de la volutad, del esfuerzo y el sacrificio. La educación es el código penal pero también el gran libro de la alegría y la misericordia; la educación o es el libro de la energía y la sinergia o es fallida; o es el libro del cambio constante, de la evolución, o es una engañifa. Es imprescindible la descentralización pero también la desregulación, lo que es un asunto más complejo. ¿Quién es el propietario de la estructura educativa? Me parece un asunto menor. Puede serlo la iniciativa privada y puede serlo la comunidad (un ayuntamiento, por ejemplo). Lo vital es el cómo y el para qué. Sobre el por qué existe quorum. Solo en una cabeza, jibarizada por la contumaz ineficiencia, cabe que
un Gobierno se ocupe de los resultados académicos
Los pueblos en general y nosotros, los hispanos, sobremanera, necesitamos
emanciparnos del pensamiento único universal, aquel que anuncia
que todo se resuelve en claves de poder. Me estoy refiriendo a esa constelación
antropológica que nos anuncia que el secreto de la vida está
en el poder, que todo lo abarca y resuelve, por sí mismo,
por decreto, coercitivamente.
º|º tic, tic, tic |
EL MODELO EDUCATIVO CUBANO
Mucha gente considera al sistema educativo cubano como un buen ejemplo
a seguir. Incluso, organismos internacionales como la OCDE, UNESCO y el
Banco Mundial se muestran complacidos con las estadísticas cubanas. ¿Qué
hay de cierto?Desde el primer minuto de vida de la Revolución Cubana (1959), después de
derrocar al régimen pro-capitalista de Fulgencio Batista, el nuevo
gobierno toma la decisión de desmantelar el viejo sistema educativo y
construir uno nuevo.
Todas las escuelas y universidades privadas quedan abolidas y los
planteles pasan a manos del gobierno. Por tanto, el Estado socialista
por medio del Ministerio de Educación asume el control total de todo
tipo de escuelas en la isla.
El primer plan estratégico de gran envergadura consistió en eliminar el
analfabetismo. Aunque Cuba tenía uno de los índices más bajos de
analfabetas en toda América Latina (menos del 25%, México más del 30 %)
el nuevo gobierno de ninguna manera se sentía satisfecho y deseaba dar al
mundo una muestra de que podían ofrecer mejores resultados que el régimen
anterior.
La propuesta educativa del gobierno tuvo consenso de casi todo el
pueblo, los disidentes optaron por salir de Cuba. Bastaba que el régimen
ordenara y todos los cubanos letrados actuarían como un solo hombre
obedeciendo las disposiciones del estado.
El gobierno organizó a los intelectuales, estudiantes, amas de casa,
jóvenes y ejercito para que fueran hasta el último rincón, prácticamente
a cazar a cuanto analfabeta encontraban. El resultado fue exitoso, salvo
algunos ancianos, todo cubano aprendió a leer y escribir.
La siguiente tarea consistió en tener las suficientes escuelas para que
todos los niños en edad primaria y secundaria pudieran no solo asistir a
clases, sino alimentarse y desarrollar su físico, aprender las técnicas
de producción agrícola, el respeto a la patria, el amor al socialismo, al
gobierno, al del marxismo, etc.
El gobierno no escatimó recursos. Se construyeron escuelas primarias y
secundarias en toda la isla. Ningún padre de familia podía quejarse de
que no hubiera una aula para su hijo “por eso hicimos la revolución”.
Incluso, se construyeron muchos internados donde los niños y niñas podía
pasar todo el año. Por supuesto, estos internados poseían servicios
médicos y deportivos para los niños y jóvenes.
El gobierno socialista de Cuba estableció la obligatoriedad de la
educación primaria y secundaria. Desde ese momento se considera un
delito que los padres de familia no envíen a sus hijos a la escuela y
poden ser castigados incluso con la cárcel.
Cuando un alumno termina el ciclo de educación obligatoria, puede elegir
los siguientes caminos:
a) El Estado le aplica un examen para determinar su capacidad y aptitud
para continuar estudios de bachillerato y posteriormente universitarios.
Si lo aprueba, recibirá todo el apoyo del gobierno para seguir
estudiando, si no…
b) Se incorpora a alguna escuela técnica estatal de dos o tres años para
especializarse en topografía, enfermería, electricidad, etc. para después
alistarse en una empresa estatal, o bien…
c) Se incorpora al trabajo en alguna fábrica del gobierno o en alguna
granja estatal.
Con esta descripción a grandes rasgos, ya se puede extraer las
principales características del sistema educativo cubano.
1. El gobierno socialista construyó un enorme monopolio educativo
controlado desde un centro burocrático.
2. Desapareció el sector privado educativo. Es decir, quedó prohibido que
algún individuo tuviera en propiedad algún plantel educativo.
3. Todas las escuelas y universidades son propiedad de todos, es decir,
de nadie, o del gobierno, si acaso esto tiene sentido.
4. Solo el gobierno, desde el Ministerio de la Educación, tiene la
prerrogativa de formular los planes y programas de estudio. En otras
palabras, ni particulares, ni docentes, ni directivos tienen el derecho
de modificar o establecer lo que los niños, jóvenes o adultos debían
aprender.
5. A los niños y jóvenes se les educa para que al terminar sus estudios
se incorporen como burócratas, funcionarios o trabajadores del Estado.
6. En consecuencia, quedó prohibido todo tipo de educación que tuviera
el objetivo de formar profesionistas con visión empresarial o de
negocios.
7. Todo el sistema educativo depende exclusivamente del financiamiento
del gobierno.
8. Los salarios de los profesores, directivos y personal de apoyo son
parte de la nómina del Estado y sólo éste tiene derecho de modificarlos.9. Se estableció, por lo tanto, que los alumnos estarían sujetos a un
régimen de educación gratuita, es decir, “el que estudia no paga”, pues
el gobierno asume todos los gastos.
10. Asimismo, el gobierno se encargaría de equipar a las escuelas, dar
libros gratuitos a los alumnos, incluso uniformes y alimentos.
11. El gobierno formó grandes sindicatos para tener un control directo y
efectivo sobre todos los docentes y trabajadores.
12. Los docentes universitarios ganan 220 pesos cubanos (10 dólares al
mes), pero tiene derecho a la Cartilla de Racionamiento y pueden
solicitar casa o departamento.
13. La planeación estatal determina la cantidad de profesionistas que
debe haber en cada disciplina, independientemente de los deseos y
preferencias de los estudiantes.
14. “El trabajo es un derecho”. Los que concluyen sus estudios (un
altísimo porcentaje) tienen asegurado su puesto en las oficinas del
gobierno, en las granjas o empresas estatales o donde determine el
Estado. No se puede ejercer iniciativa privada para establecer negocios
propios.
Una vez detectados los rasgos esenciales del esquema cubano establecido
desde hace cuarenta años vale la pena preguntarse: ¿cuál es el resultado?EXITOS DEL MODELO
Se podrían mencionar los siguientes:
a) En Cuba no hay analfabetas.
b) El promedio de escolaridad de la isla es de bachillerato.
c) Cuba es el país con mayor densidad de certificados universitarios.
Hasta los meseros del Hotel Riviera pueden mostrar título de médico o
incluso de doctor en ingeniería nuclear.
d) El gobierno ha creado una gran diversidad de asociaciones de
profesionistas. Por ejemplo, la Asociación de Economistas de Cuba tiene
22 mil agremiados.
LA CONTRADICCION
Cierto que todos los cubanos saben leer, pero, la gente común no lee.
Con un salario de 128 pesos cubanos (cinco dólares mensuales) es
imposible comprar un libro de procedencia extranjera y la producción
editorial del gobierno se reduce a literatura marxista o algunos libros
técnicos.
¿Por qué con tan alto índice de escolaridad, el mayor de América Latina,
Cuba sufre de escasez de granos, carne, azúcar, verduras, etc.?
Aún bajo el supuesto que el bloqueo de E.U. implicara que ningún país
le comprara o vendiera a Cuba, es decir, que la isla estuviera
completamente cerrada, ¿no sería posible sobrevivir y desarrollarse con
sus propias fuerzas en virtud de la gran cantidad de profesionales con
que cuentan?
¿Con los más de diez mil ingenieros marítimos no sería posible que
tuvieran la flota pesquera más grande y productiva de Latinoamérica?
Cuando una sociedad sufre de pobreza y al mismo tiempo la gente posee una
escasa escolaridad nos parece una situación normal. Pero cuando
observamos que un pueblo tiene alto nivel educativo y su gente carece
de ánimos para trabajar, producir, innovar, generar nuevos bienes y
servicios, etc. e incluso sufre de problemas alimentarios, con vivienda
decrépitas, descontentos de todo pero sin ganas de transformar nada o
esperando la mínima oportunidad para salir de la isla, entonces algo no
funciona bien. ¿Cómo se explica que una sola empresa capitalista como
Disney World produce mas riqueza en términos de dólares que el PIB de
toda la isla?
¿DÓNDE ESTÁ LA FALLA?
Tener un pueblo con alto nivel educativo es un objetivo loable en todos
los sentidos. Nadie, en su sano juicio, puede oponerse a que la gente
sea culta y con alto nivel de escolaridad. Sería una locura pretender,
como meta, que el pueblo viva en la oscuridad de la ciencia y cultura. El
problema no está en el objetivo, sino los medios para alcanzarlos. Esto
tiene que ver con la política educativa estatal del gobierno
revolucionario de Cuba.
Hay que recordar que el sistema educativo de Cuba es un producto neto de
la revolución cubana. Esta revolución se preocupó por hacer de Cuba una
isla socialista, es decir, planificada centralmente, organizada y
administrada en todos sus aspectos desde el aparato de poder.
Necesariamente tenía que edificarse un monopolio educativo centralizado y
controlado desde una oficina del gobierno y básicamente sujeta al
criterio de una sola persona. En otras palabras, la educación en Cuba se
ha administrado bajo un esquema cuasi-monárquico donde impera la visión
del rey.
En cualquier país donde se ha manejado así la educación, sea en la Italia
de Mussolini, en la Alemania de Hitler, en la URSS de José Stalin o en el
México de Lázaro Cárdenas ha terminado en un desastroso fracaso,
destruyendo inteligencias y capital. Las intenciones son buenas, pero el
método es poco eficiente y muy costoso.
En efecto, el proceso de centralización convierte a todos los profesores
y funcionarios educativos en burócratas carentes de criterio propio. La
centralización genera un sistema de altos costos sociales formando
profesionistas sin iniciativa personal, carentes espíritu emprendedor,
que se auto subordinan a la estructura de poder, encadenándose al salario
de gobierno y perdiendo el tiempo en largas colas para recibir su
ración de alimentos. Legalmente, en Cuba, ningún profesional cubano es
capaz de crear capital, por la prohibición del Estado.
El gobierno revolucionario de Cuba, con las mejores intenciones, se
arrogó el derecho de quemar todos los muebles de la casa a fin de
cocinar un caldo de gallina que ahora nadie quiere tomar. Mal negocio
para el pueblo que tiene que absorber el costo de las decisiones
erróneas de su gobernante, para el profesionista quien estará por el
resto de su existencia a un puesto burocrático del Estado, para los
profesores que sin mucha motivación tienen que simular que enseñan y
para el alumno que no tiene otra alternativa que tragarse lo que el
gobierno le quiera dar.
Para comprender mejor el error del método, pensemos en que pasaría si al
cacique de un pueblo se le ocurre que todos los habitantes deben poseer
doctorado en ciencias. Dedica todos los esfuerzos y recursos disponibles
para realizar el objetivo. Suena bien, pero el resultado final es la
destrucción de esa sociedad, ese pueblo se morirá de hambre pues ¿quién
producirá alimentos, zapatos, vestido, etc.?
En otras palabras, es muy riesgoso que la burocracia en el poder, por
muy buenas intenciones que tenga, sea quien dicte u oriente al
sistema educativo de un país, porque el peligro de que tome decisiones
incorrectas es muy alto y costoso. El problema es muy delicado y si ahora
no podemos contestar quién debe dirigir, al menos podemos responder quien
NO lo debe hacer: el gobierno.
En esa maravillosa isla del Caribe han tenido que pagar muy cara la
determinación de centralizar todas las decisiones en manos de una sola
persona. Pretender que una persona o grupo gobernante puede tener mejor
visión de los gustos, preferencias, necesidades o caprichos de la gente
es pensar que existen políticos o burócratas más sabios que el dios
omnisciente.
LA SOLUCION
Los sistemas centralizados, dividen a la sociedad en dos clases: la
burocracia gobernante (pequeño grupo de tiranos) y la burocracia
subordinada. La capacidad de innovación del burócrata tirano y del
subordinado es prácticamente nula. Esta es la razón que explica la
obsolescencia generalizada en que cayeron los viejos países socialistas
a pesar de que pudieron lograr algún esporádico éxito (recuérdese el
sputnik). Por eso, en Rusia, Italia, Alemania, o México estos sistemas
centralizados han sido objeto de condena y derogación y paulatino
abandono. Lo mismo tendrá que suceder, tarde o temprano, con el sistema
educativo cubano.
Aunque aún siguen orgullosos del monstruoso aparato burocrático que han
construido, lo tienen que desmantelar para evitar mayores daños a su
economía. La gran tarea de los cubanos es eliminar el monopolio
educativo del gobierno y permitir que se manifieste el talento,
iniciativa y visión de cada ciudadano en el renglón de la educación.
En una palabra, Cuba debe privatizar todo su sistema educativo como
estrategia fundamental para poder recuperar al individuo destruido por
la revolución.
El hombre común nada tiene que temer a la privatización, al contrario.
La privatización del sistema educativo permitirá paulatinamente eliminar
la subordinación de la inteligencia al poder feudal y coercitivo del
Estado, permitiendo que los sueños y anhelos de cada cubano se hagan
realidad mediante su esfuerzo personal. Solo así la educación se
transformará en una palanca para la prosperidad y desarrollo de los
hermanos cubanos.
Santos Mercado Reyes
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA (MEXICO)
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